Nada Más Importante Que Las PrioridadesMuestra
El prójimo más próximo.
“Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Mt. 22:36-40)
En muchas oportunidades nuestro prójimo, más próximo, somos nosotros mismos; claro debemos amar y ser misericordiosos con nuestro prójimo; pero si primero no nos aceptamos, o no sabemos amarnos, ser justos, cuidadosos y bondadosos con nosotros mismos, ¿Cómo vamos a poder serlo con nuestro prójimo?. Por lo tanto, nuestra segunda prioridad debería ser desarrollar un carácter justo como Dios lo demanda y cuidarnos física y emocionalmente.
La pregunta entonces sería: ¿Qué es tener un carácter justo? Es la habilidad de podernos autoadministrar bien. En Su soberanía, Dios nos da la capacidad de elegir entre la vida y el bien; la muerte y el mal. Dios permite que lleguemos al conocimiento del bien y del mal, de lo verdadero y de lo falso; pero finalmente Él nos aconseja que escojamos el camino que más nos conviene… Un camino superior que tiene que ver con elegir el bien y vivir como Él quiere que vivamos resistiendo lo malo (Deut. 30:15-19).
Vivir o elegir el bien también implica, cuidar nuestro cuerpo, alimentación, disfrute y descanso. El increíble potencial humano está en la capacidad de autodisciplinarnos con la ayuda del Señor para caminar con sabiduría por la senda de la vida (Ro.12:2, 1 Cor.6:9).
Lo anterior necesariamente nos conecta con nuestra tercera prioridad, la cual denomino "prioridad compartida" con nuestros padres, cónyuge, hijos y hermanos.
En Su Palabra Dios nos orienta a desarrollar un alto grado de honra, respeto, cuidado y amor por nuestros padres; pues merecen todo nuestro cariño y ayuda cuando más lo necesiten (Ex.20:12).
En cuanto a nuestras esposas o esposos, como compañeras(os) de vida, el mandamiento como prioridad es amarlas (los) como nos amamos, nos cuidamos y nos respetamos a nosotros mismos, pues el misterio divino es que los dos llegamos a ser una sola carne, y nadie que tenga el amor de Dios se rechaza así mismo (Ef.5:31).
Los hijos esperan de sus padres que seamos padres formadores, cercanos a ellos, que les dediquemos tiempo de calidad, que comprendamos sus etapas de vida y que los orientemos en el camino correcto para que ellos puedan llegar a brillar con su propia luz (Sal.127:1-5).
Los hermanos forman parte de nuestra parentela, a ellos les debemos solidaridad, respeto, comprensión y en la medida de lo posible cuidado (1 Jn. 4:20).
Stephen Covey el autor de uno de los libros más vendidos del mundo, los siete hábitos de las personas altamente efectivas, dijo: “La mayoría de nosotros dedicamos demasiado tiempo a lo urgente y no lo suficiente a lo importante”. Por tanto, considera dentro de tus prioridades más relevantes sacar tiempo de calidad para Dios, para ti, tu esposa(o) y parentela.
Acerca de este Plan
En un mundo que cada día corre más de prisa, demanda más de nuestro espacio personal y nos abruma con tantas cosas al mismo tiempo; el creyente en Jesucristo corre el peligro de quedar atrapado en un espiral asfixiante, una clase de vida donde nuestras prioridades se van desenfocando drásticamente debido a que desplazamos lo vital por lo importante. Descubre cuales deberían ser algunas de nuestras más importantes prioridades.
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Nos gustaría agradecer a Conociendo a Dios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://conectar.conociendoadios.net/