Un verano con buenas noticiasMuestra

"EL JUSTO VALOR DE UNO"

“Le pongo el correcto valor a un ser humano, cuando ese ser humano soy yo”

Lastimar solo a UNO, bendecir solo a UNO, que se muera solo UNO, que tenga hambre solo uno, que me lastime solo a UNO.

El ser humano no le da mucho valor al UNO. Pero UNO SOLO tiene muchísimo valor, y descubrís el valor del uno cuando te ponés en el lugar de ese uno.

Jesús dijo que hay gozo en los cielos por UNO que se arrepiente. (Lucas 15:10)

Siempre creí (por lo que dice la Palabra) que en el cielo hay mucho gozo, adoración, alabanza, y gloria de Dios por todos lados; pero este texto brilló de una manera muy especial no hace mucho tiempo.

- Cuando alguien pasa de muerte a vida, ¡el cielo se alegra! - me repito cientos de veces, para mi así quizás, pueda entender mejor lo que pasa en el cielo.

La versión TLA dice que “hay fiesta”; esta palabra describe aún mejor lo que se vive en el cielo cuando un alma es salvada.

Fiesta: “Reunión de personas en un lugar para divertirse o celebrar un acontecimiento y en la que se suele bailar, comer, etc. La fiesta rompe con la rutina de la vida cotidiana, tiene carácter constitutivo del tiempo social”.

El cielo se transforma, algo cambia cuando un pecador se arrepiente, no pasa desapercibido, no se sigue adelante con el resto de cosas, hay una celebración, algo distinto sucede. Esto me ha hecho reflexionar mucho sobre dos cosas:

Creo haber descubierto la manera de darle el valor exacto a “una sola” persona, y lo digo en esta simple frase: - “Descubro el verdadero valor de “un solo” ser humano, cuando ese ser humano soy yo”-

Y ahí veo que no hay dinero en el mundo para poder pagarlo. ¿Cuánto valgo? ¿Cuánto merezco que se haga por mi salvación? Y enseguida escucho al Dios del cielo y de la tierra decirme: -Vales la vida de mi hijo-

Si Dios dio a su hijo por mí, evidentemente no hay nada en el universo que pueda pagar lo que valgo. Y así es como entiendo lo que vale un pobre pecador; cuando en el lugar de ese pobre pecador me pongo yo.

Démosle importancia al UNO; por algo será que hay gozo en el cielo por UNO. Ese valor del UNO debe ser reivindicado. La alegría debe ser por UNO, la inversión y el trabajo deben estar enfocados en UNO.

Basta de poner excusas, vamos a salvar almas. La Iglesia alcanza el verdadero gozo, cuando cumple con su propósito.