La historia de Danny

La historia de Danny no es una que no sea común. En el mundo occidental moderno, a menudo buscamos cosas como el alcohol, las drogas, el sexo y una profesión para distraernos del dolor del alma.

Al igual que Danny, muchos tratan de vivir con estas “muletas” y, eventualmente, todos se derrumban. Nunca tuvieron la intención de llevar todo el peso de nuestra necesidad de amor. Específicamente, nuestra necesidad del amor de Dios.

Danny tuvo una experiencia radical con Jesús que hizo que cambiara su vida. No todos la tenemos, simplemente tenemos ese sentimiento persistente de que algo nos falta en esta vida.

En sus palabras, Danny dijo:

”Perseguí muchas cosas para lograr la realización. Ninguna de ellas lo logró.”

Los eventos que tuvieron lugar en la vida de Danny, que finalmente lo llevaron de regreso al Dios al que había entregado su vida cuando era joven, se parecen un poco a la vida de un personaje de la Biblia.

El hijo pródigo.

Haz una pausa ahora mismo y lee Lucas 15:11-32.

¡¿No es maravilloso?! El hijo pródigo, aunque había derrochado toda la riqueza de su padre en una vida insensata, fue abrazado como un hijo, como si nunca se hubiera ido.

Al igual que en el testimonio de Danny, Pat Robertson dijo en el Club 700: “puedes volver si te has alejado”.

El primer paso para encontrar y vivir con un propósito es apartarnos de las cosas que nos roban la dirección.

Disfrutar del alcohol, las relaciones y tu profesión en forma responsable no son cosas malas en sí mismas, pero cuando se convierten en tu única razón para continuar, pueden volverse destructivas.

Vuélvete a Dios, o regresa a Dios, y permite que Él llene tu vida con dirección y propósito mientras vives en una relación con Él.