Fuiste creado para un momento como este: un viaje de cinco díasMuestra

El rey Asuero eligió a Ester como su nueva reina. Ester ahora vivía en el regazo del lujo. Mardoqueo recibió un puesto de poder. Ambos continuaron manteniendo su nacionalidad judía en secreto. Todo estaba bien y en paz. Hasta que un día Mardoqueo escuchó un complot contra la vida del rey.

Mardoqueo denunció el plan a Ester, y los conspiradores acabaron en la horca. Pero el episodio parece haber sacudido al rey persa. El poderoso rey se sentía de alguna manera vulnerable. Así que nombró a un hombre llamado Amán para que lo protegiera y mantuviera el orden.

Resulta que Amán era descendiente de los amalecitas, el más antiguo de los enemigos hebreos. La rivalidad entre los dos grupos se remonta a los días de los israelitas errantes, cuando los amalecitas se llevaban a los débiles —los ancianos, los enfermos, las viudas, y discapacitados— y los cazaban en el desierto. Moisés había dicho al pueblo: «Acuérdate de lo que te hizo Amalec en el camino cuando saliste de Egipto» (Deuteronomio 25:17 NBLA). El pueblo judío nunca había olvidado, ni siquiera ahora que estaba en el exilio.

El escenario estaba preparado para un enfrentamiento. Amán exigió que todos se arrodillaran para honrarlo al pasar. Mardoqueo había hecho grandes concesiones para adaptarse a la cultura persa, pero esto era demasiado. En un momento de decisión, se negó a inclinarse ante un enemigo del pueblo de Dios. Después de años de tratar de encajar, una mirada a Amán lo cambió todo. Mardoqueo admitió que era judío, y el complot de Amán para aniquilar al pueblo judío quedó truncado.

Cuando Mardoqueo se enteró de las órdenes de exterminio, envió una apasionada petición de ayuda a Ester. Le instó a que se dirigiera a su marido, el rey, y le pidiera clemencia en nombre de su pueblo. Ahora llegó el momento decisivo de Ester, ese fue «su momento», por así decir. Ella sabía que si aparecía en la corte del rey sin ser invitada, y él estaba de mal humor, podría pedir su cabeza. Ella vaciló... hasta que Mardoqueo le recordó que nadie tiene un pase libre en la vida.

Los problemas llaman a la puerta de todos nosotros, incluso de las reinas persas. Jesús lo prometió más tarde, diciendo: «En este mundo afrontarán aflicciones» (Jn 16:33 NVI). Pero también prometió que Dios estaría con nosotros en las pruebas y que, de una forma u otra, llegaría la liberación.

Al final, Ester se dio cuenta de que no podía quedarse callada. Le dijo a Mardoqueo: «Y así iré al rey, lo cual no es conforme a la ley; y si perezco, perezco» (Ester 4:16 NBLA).

Puede que no te enfrentes a los funcionarios persas, pero te verás tentado a comprometer tus creencias o a permanecer en silencio ante la injusticia. Los miembros de tu familia pueden burlarse de tus creencias. Los profesores pueden burlarse de tu fe. Tus colegas pueden chismear sobre de tus convicciones. Pero en estos momentos, es fundamental que busques tu propio «momento Mardoqueo» o tu «momento Ester», porque son ocasiones en las que Dios te invita a entrar en el plan mayor que tiene para tu vida.

Dios te dará el valor para defender lo que es correcto. Puede que estés cansado, herido, preocupado y, como Mardoqueo y Ester, te sientas solo. Pero nunca te inclines cuando debes estar de pie. La negativa de Mardoqueo a inclinarse fue el primer eslabón de una cadena de actos valientes que condujeron a la salvación de su pueblo. Tu decisión puede ser también el gesto decisivo que rompa la fortaleza. Decide ahora lo que harás entonces. El momento de decidirse a resistir la tentación es antes de que este ataque. Y recuerda: defiende a Dios, y él estará contigo.

Como Ester, estás aquí en la tierra por una razón. Esta es tu hora. Este es tu momento para levantarte y hablar. Dios está contigo y tendrá su victoria. La pregunta no es: ¿Ganará Dios? La pregunta es: ¿Serás parte del equipo? Puedes retirarte si quieres. Quedarte callado. O.… puedes ver tu desafío como una oportunidad para unirte a Dios en su obra.

Responder

• ¿En qué momento Mardoqueo o Ester te enfrentas hoy?
• ¿Por qué es importante decidir ahora que no te inclinarás ante lo que está mal?
• ¿Cómo podría tu valor para defender lo que es correcto inspirar la fe de otros que te observan?