Reconstruyendo un Matrimonio Mejor que NuevoMuestra

Expectativas. Todos las tenemos. Y debido a esto, generalmente todos experimentamos la decepción. Porque lo que esperamos no siempre se alinea con la realidad. 

¿Qué ha sido para ti? ¿Tenías grandes sueños de cómo sería tu matrimonio? Caemos en la trampa de las expectativas en nuestras relaciones todo el tiempo. Esperamos que alguien haga algo por nosotros en un determinado momento o de cierta manera. A veces esperamos que lo hagan porque dijeron que lo harían. Otras veces ponemos nuestras expectativas en ellos porque juegan cierto rol en nuestras vidas, y bueno, deberían solo saberlo. El problema es, que no les dijimos.

He encontrado cuatro formas transformadoras de ayudarnos a pasar de la decepción a la aprobación en nuestros matrimonios cuando se trata de expectativas:

Deja que tu cónyuge se libere. Has puesto expectativas en tu cónyuge que él o ella nunca cumplirá. Esperas que cumplan cada una de tus necesidades y deseos. Esto es muy poco realista. Cambia el escenario. ¿Te gustaría que tu cónyuge esperara perfección de parte tuya? No lo creo.

Cuando tengas expectativas realistas, dile a tu cónyuge. No esperes que él o ella lea tu mente. Solamente habla con tu cónyuge acerca de lo que esperas y lo que necesitas. Y permítele que te diga qué tan realista es tu petición. 

Rinde tus expectativas acerca de tu vida, tu matrimonio, tu familia y tu futuro a Dios. Esperamos y deseamos cosas buenas en nuestras vidas. No hay nada malo con eso. Pero nos aferramos a esos ideales y no queremos dejarlos ir. Aunque todo el tiempo Dios está diciendo: "Confíame tus sueños. Tengo algo mucho mejor que aquello a lo que te aferras." Dios sabe lo que es mejor para nosotros. ¿No tiene sentido entregarle a Él nuestros sueños?

Conviértete en un estudiante de tu cónyuge. Estúdialo. Conócelo mejor de lo que lo hacías. Aprende cómo él o ella piensa y reconoce cuáles son sus necesidades y cómo se siente amado.

Las expectativas no son malas. Pero tenemos que manejarlas, ser realistas en cuanto a ellas y rendirlas ante Dios. 

Para reflexionar: Piensa acerca de un momento ocurrido recientemente cuando tu cónyuge te decepcionó. ¿Qué sucedió? ¿Estaban siendo realistas tus expectativas?