Sin preocupacionesMuestra
¿Por qué preocuparse?
Todos nos hemos preocupado en algún momento de nuestras vidas, ¿verdad? Una cuenta por cobrar que no habíamos presupuestado se desliza por debajo de nuestra puerta, y nos preocupamos por cómo la pagaremos.
Un ser querido llega a casa 30 minutos más tarde de lo que había dicho, y pasamos todo ese tiempo preocupados por lo que puede haberle pasado.
Tu hijo va por primera vez a la guardería y te pasas el día preocupado por cómo le está yendo, y si se ha adaptado bien.
Todos vivimos esos momentos en los que ya no tenemos el control, siendo incapaces de equilibrar todos los platos que giran en nuestras vidas. Nos preocupamos tratando de descubrir cómo podemos resolver un determinado asunto o problema, a veces, sin acudir primero a la Fuente.
No hay nada malo en preocuparse, todos tenemos cosas que nos importan y eso está bien. Pero cuando lo que nos importa se vuelve una angustia, esto, nos roba la alegría y nos consume la energía que necesitamos para vivir.
Haz una pausa para leer los versículos de hoy, que se encuentran en Mateo 6:25-34.
Mateo comienza reconociendo las cosas que todos necesitamos: comida, bebida y ropa.
Nosotros lo sabemos. Mateo lo sabe. ¡Dios lo sabe!
Podemos estar tranquilos de que Dios sabe lo que necesitamos para vivir bien y tiene planes para proveérnoslo.
Mateo continúa ilustrando esto al señalar que incluso las aves del cielo vuelan día a día confiando en la provisión del Padre. No vuelan de un lado para otro preocupadas por su próxima comida o de dónde construirán sus nidos: Dios les ha provisto de todo abundantemente en la naturaleza.
¿Podemos conseguir algo con nuestra preocupación? ¿O simplemente nos quita la alegría en nuestras vidas?
Mateo añade que las flores del campo están mejor vestidas de lo que podríamos imaginar, aunque se desechen al final del día. ¡Cuán increíblemente valiosos somos para Dios en comparación con ellas! Recuerda eso cuándo te preocupes. Él te ama y le importan tus necesidades. ¡Incluso se preocupa por lo que deseas! Dios conoce los deseos de nuestros corazones, así como nuestras necesidades.
Amigo, ¿cómo nos destacaremos en un mundo perdido y en constante búsqueda si vivimos preocupados por las mismas cosas que aquellos que aún no conocen a Dios? Debemos combatir la preocupación y luchar por estar en paz.
Ocúpate de los asuntos de Dios en lugar de los propios, y Él se encargará del resto. Vive de acuerdo a sus caminos y Él te proporcionará todo lo que necesitas.
No te preocupes por el futuro, Dios conoce los planes que tiene para nosotros (lee Jeremías 29:11), y si confiamos en Él, eso es suficiente.
Próximos pasos
Memoriza el versículo Jeremías 29:11.
Cuando comiences a preocuparte, recita este versículo en voz alta o en tu corazón.
¡Recuérdate a ti mismo que Dios conoce los planes que tiene para tu vida! Descansa en esa verdad.
Escrituras
Acerca de este Plan
La preocupación es un ladrón de nuestro tiempo, energía y paz. Entonces, ¿por qué lo hacemos? En este devocional de 3 días, analizaremos la preocupación, por qué lo hacemos y cómo terminar con ella.
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