El Buen Pastor, inspirado en el Salmo 23Muestra

Él es nuestro proveedor

Mónica Bates

Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros. Efesios 3:20 (NTV)

Tengo una prima a quien llamamos cariñosamente “Cuky”. Cuando yo tenía 12 años y ella, 14, nos hicimos muy amigas. Durante mi adolescencia, viajé muchas veces de Columbia, Maryland, a Washington, DC, para pasar el fin de semana con ella. Íbamos de compras, al teatro, a los museos, asistíamos a eventos... explorábamos toda la ciudad, juntas.

Mis días con Cuky estaban siempre llenos de diversión y alegría. Nos contábamos nuestros pensamientos, sentimientos, sueños y planes. Nuestros días, llenos de diversión, nos llevaban a pasar tiempo juntas al anochecer. Sin importar cuán tarde fuera, siempre sacábamos el helado de vainilla y comíamos cualquier postre que mi tía dejara sobre la mesa para nosotras. Compartíamos lo que nos pasaba durante el día, nos reíamos de todas nuestras aventuras. Cuky y yo siempre hemos compartido un vínculo extremadamente cercano durante muchos años, y sigue así hasta el día de hoy. Ella siempre ha sido como una hermana para mí y es una de mis mejores amigas.

Cuando pienso en Dios como mi mejor amigo, me siento muy cómoda sabiendo que puedo ser completamente abierta y vulnerable con Él sobre cualquier cosa de mi vida, así como he sido con Cuky. Dios ríe y llora conmigo. Puedo compartir con Él los buenos momentos y los no tan buenos. Yo sé que Él me ama, me apoya y me anima. Puedo contar con que Él siempre responderá cuando yo llame, sin importar cuán tarde sea, y se quedará despierto conmigo mientras tomo un helado y le hablo de cómo fue mi día.

Cuky y yo quedamos embarazadas y dimos a luz a nuestras hijas en el mismo año. Ella tuvo gemelas en enero, y yo le di la bienvenida a mi segunda hija en noviembre. Poco después de pensar en algo que necesitaba, yo recibía una caja de parte de Cuky conteniendo exactamente el artículo que yo tenía en mente. A medida que las niñas de Cuky crecían y ya no les quedaba la ropa, ella la empacaba y me la enviaba a mí. Durante esa época especial de la vida de mi segunda hija, nunca me faltó ni necesité nada. Y lo bueno es que ¡siempre tenía dos de cada cosa!

Una y otra vez, Dios proveyó para mí y para mi familia a través de mi prima. Su provisión para nosotros me ha dejado muchas veces sin habla, y sigo estando agradecida por eso.

El Salmo 23 dice: “El Señor es mi pastor; nada me faltará”. Me encanta especialmente este versículo en la versión bíblica The Passion Translation (disponible solo en inglés) y que traducida libremente dice: "Yeshua es mi mejor amigo y mi pastor. Siempre tendré más que suficiente”. Esta traducción trae gran revelación a mi corazón. ¿Cómo lo percibes tú?

Dios es nuestro proveedor, y Él nos ama muchísimo. Su plan de provisión para nosotros es mucho más de lo que podríamos pedir, pensar o imaginar. Y todo empieza por desarrollar una relación íntima con Él y tomarnos el tiempo para leer y poner en práctica su Palabra. Ver nuestra relación con Dios reflejada en las páginas de los pasajes bíblicos nos prepara para una conexión verdadera, un amor verdadero, una esperanza verdadera y una paz verdadera.

ORACIÓN

Dios, gracias por ser mi mejor amigo. Gracias porque siempre estás a mi lado. Gracias por ser mi proveedor y saber lo que yo necesito antes de que lo necesite. ¿Quisieras ayudarme a inclinar mi corazón hacia ti para que yo pueda recibir todo el amor, la atención y la provisión que tú tienes para mí hoy?

PARA MEDITAR    

• Ábrele tu corazón al Señor y pídele que te muestre cómo Él puede ser tu mejor amigo en esta época y en el futuro.    
• Toma un momento para meditar en las veces que el Señor ha provisto para ti. ¿Puedes recordar alguna vez en que Él proveyó para ti cuando menos lo esperabas? Un corazón agradecido puede cambiarlo todo.    
• Desafíate a meditar en Efesios 3:20 cada mañana y escribe lo que el Señor te muestra y te dice acerca de tu vida.

Espíritu Santo, ¿qué es lo que me estás diciendo hoy?

VERSÍCULO PARA MEMORIZAR

El Señor es mi pastor, nada me faltará. Salmo 23:1