El Buen Pastor, inspirado en el Salmo 23Muestra
Millie Jo
Jelani Lewis
Pues el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar a los que están perdidos. Lucas 19:10 (NTV)
Su nombre era Millie Jo McSwain, pero yo la conocía mejor como “abuela”. Ella media apenas cinco pies de alto y pesaba menos de 100 libras, pero era una fuerza que había que tener en cuenta. Todos en nuestra familia sabíamos que uno no se metía con la abuela Millie Jo, o ella te enderezaría amorosamente, más o menos como una combustión espontánea.
También era de conocimiento público que la abuela Millie era una guerrera de oración. No tenía una capacitación teológica formal, abandonó la escuela después del octavo grado, ¡pero vaya si sabía cómo tocar el cielo! Ella era del tipo tenaz que oraba literalmente hasta que algo cambiaba. De hecho, cuando nos visitaba, teníamos que estar preparados. Cada mañana, al salir el sol, ella rompía el silencio de su habitación con acción de gracias, intercesión y peticiones. El volumen era tan descabellado que yo estaba seguro de que ella tenía un megáfono de bolsillo oculto en una cangurera en alguna parte.
Pero lo más impactante de sus oraciones no era el volumen, era la consistencia. Descubrí que mi abuela oró, sin falta, todos los días, durante 20 años, por la salvación de uno de mis tíos y durante más de 61 años por otro tío. Así es, 61 años, hasta el día en que se fue al cielo con Jesús. ¿Y adivina qué? Justo antes de su muerte, la abuela Millie le pidió a mi mamá que tomara la batuta y continuará orando por la salvación de mi tío.
¿Qué motiva a una persona a orar de esa manera? Estoy seguro de que la abuela Millie estaba determinada a pararse en la brecha por sus hijos, pero más que eso, creo que ella entendía la misión de Cristo. En Lucas 19:10 (NTV), Jesús dice: “Pues el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar a los que están perdidos”. La palabra griega traducida “buscar”, zeteo, transmite la idea de buscar, desear o investigar y llegar al fondo del asunto. Esto requiere una búsqueda meticulosa, intencional y constante.
Jesús proclama esas palabras en Lucas 19 después de su encuentro con un cobrador de impuestos llamado Zaqueo. En hebreo, Zaqueo significa “puro”, pero Zaqueo no era visto como algo parecido a eso. Él probablemente había adquirido riqueza por medio de engañar a la gente en sus impuestos y el pueblo judío lo consideraba un traidor porque trabajaba para sus opresores romanos. Sin embargo, cuando Jesús ve a Zaqueo, literalmente lo llama por su nombre, como si dijera: “Zaqueo, yo sé quién eres”. Encima de eso, Jesús se invita a sí mismo a visitar la casa de Zaqueo, implicando de esta manera: “Y no solo sí te conozco, sino que también vine por ti. Quiero estar cerca de ti”. El salmista David describe de manera similar la búsqueda intencional e incesable del Señor como el Pastor: “Ciertamente tu bondad y tu amor inagotable me seguirán todos los días de mi vida” (Salmo 23:6, NTV).
Creo que la abuela Millie oraba tan fervientemente porque entendía que sus oraciones estaban asociadas con el propósito de Cristo para buscar y salvar a los perdidos, lo cual incluía a sus hijos. Ella estaba al tanto de la búsqueda constante de Dios por su amado porque ella también la había experimentado de primera mano. La abuela Millie sabía que Dios no se daría por vencido, así que ella tampoco. ¿Y adivina qué? El hijo por el que oró durante más de 20 años tuvo un encuentro con Dios, al igual que Zaqueo, eso transformó su vida y ahora está sirviendo fielmente al Señor como un pastor en Oregón. Y el hijo por quien estuvo orando más de 61 años, todavía hay alguien orando por él. Mi familia continúa creyendo que él conocerá al Dios que lo ha estado buscando durante toda su vida.
Te exhorto –sin importar cuán lejos piensas que te has apartado– a que sepas que Dios está buscándote con su amor. Si has estado orando por un ser amado que está perdido, continúa asociándote con Dios mientras Él apasionadamente lo busca. Y para todos nosotros, que sepamos que el mismo Dios que nos buscó con su amor antes de que recibiéramos la salvación, todavía va tras nuestro corazón, incluso hasta el día de hoy.
ORACIÓN
Padre, hago una pausa hoy y reflexiono en cuánto me has buscado con tu amor. Mientras lo hago, solo quiero darte las gracias por buscarme y salvarme. Eres bueno. En el nombre de Jesús, amén.
PARA MEDITAR
- Reflexiona en cuán amplio, largo, alto y profundo es el amor de Dios por ti y ora para que quienes te rodean puedan conocer su amor.
- Intercede por los familiares y amigos que están perdidos para que tengan un encuentro como el de Zaqueo que los deje transformados.
Espíritu Santo, ¿qué es lo que me estás diciendo hoy?
VERSÍCULO PARA MEMORIZAR
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor moraré por largos días. Salmo 23:6
Acerca de este Plan
Jesús es el Buen Pastor, quien provee todo lo que necesitamos. Este devocional de 31 días está centrado en un pasaje de la Escritura que ha sido una fuente de fortaleza, paz y consuelo: el Salmo 23. En cada día del recorrido a través de este salmo tan preciado, tendrás la oportunidad de reflexionar sobre las muchas maneras en que Jesús demuestra su amor y su bondad en nuestra vida.
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Nos gustaría agradecer a Gateway Church por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://gatewaypeople.com/