Potenciados a Partir de una Crisis en Nuestra Autoestima

En tiempos de crisis aparecen aquellos fantasmas de personalidad y emociones que socaban nuestra autoestima con pensamientos de derrota. Nos sentimos bombardeados con pensamientos donde todo lo cuestionamos y nos sentimos incapaces de hacer frente a los desafíos que tenemos o vemos por delante. "No se puede", "no soy capaz", "no lo voy a poder enfrentar", etc. Antes de declarar tantas palabras de derrota Dios nos recuerda quiénes somos y para qué estamos en ésta sociedad.

Dado que somos lo más preciado de la creación divina, el diablo se ha ocupado y se ocupa de hacernos olvidar el lugar que Dios nos ha dado haciéndonos sentir muy poca cosa. La baja autoestima, un arma del diablo para derrotarnos y donde también nos pone pensamientos como “No soy capaz de lograrlo", "Nací en un entorno muy difícil y sin oportunidades", "Todo lo que hago me sale mal", "Me engañan y estafan porque no soy capaz de ver el peligro", "No tuve suerte", "La vida me jugó una mala pasada" y cuantas otras frases que inundan nuestra mente de fracasos y nos hacen sentir que no valemos nada.

Frente a estas crisis debemos entender que somos lo que decidimos ser en las manos de Dios. Somos seres creados con poder de decisión, somos responsables de nuestro pasado y nos hacemos cargo y siempre, siempre podemos cambiar nuestro presente y transformar nuestro futuro. Cuando Dios está en primer lugar, ordena el resto de las prioridades y acomoda nuestra vida.

Debemos tener cuidado con la baja autoestima como herramienta para manipular a otros, darnos lastima o utilizarla como una excusa para no cambiar o anclarnos en la mediocridad.

Dios nos dio una personalidad y un lugar en la creación. Es precioso y potenciador saber que fuimos creados con personalidad, se nos han dado dones y talentos, fuimos puesto por autoridad sobre la creación, estamos dotados por Dios para gobernar, estamos dotados de recursos como ningún otro ser creado para desplegar todo nuestro potencial y ser poderosos en las manos de Dios.

Tengamos bien claro que somos los únicos seres creados por Dios a su imagen y semejanza, somos hechos hijos de Dios, herederos de Dios, coherederos con Cristo, SALVOS POR PURA GRACIA.

No dejemos que el diablo nos meta pensamientos de derrota y desanimo. Tomemos el privilegio de ser hijos del Rey de Reyes y Señor de Señores ejerciendo ese rol con autoridad y gobernando sobre lo que Dios puso a nuestra disposición.