Jesús: El Vino Nuevo Para Odres NuevosMuestra
“Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo romperá los odres y se derramará, y los odres se perderán. Mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar; y lo uno y lo otro se conservan.” (Lc.5:37-38)
Fue el mismo Jesús quien aseguro que el vino nuevo debía almacenarse en odres nuevos, ya que, de no ser así, se correría el riesgo de reventarse los odres viejos, debido a que los gases naturales resultantes del proceso de fermentación dilatarían a tal grado los odres que estos se dañarían y al final el líquido se derramaría.
Dos imágenes con contenidos profundos en palabras de Jesús, el vino y los odres. El vino, por ejemplo, desde el Antiguo Testamento está estrechamente ligado con la bendición de Dios y la vida del hombre. Lo que claramente es contrario a la enseñanza de la Biblia es el abuso del vino, es decir embriagarse, porque el vino es un símbolo de bendición, de alegría del tiempo de la salvación que la llegada de Jesús inaugura en el corazón de quienes le recibimos como Señor y salvador personal (Ecle.9:7, Det.14:23-26, Lc.22:20).
Los odres viejos, de alguna forma representan las estructuras rígidas de la religión, de las costumbres que no cambian, ni regeneran a nadie. Para Jesús, es inútil tratar de echar el vino nuevo del Espíritu en odres viejos, en odres porosos por el largo uso. Lo cual indica que hay una incompatibilidad entre la nueva gracia instaurada por Él y la vieja observancia (Jn.1:14).
En la economía del Reino, el mensaje de salvación que representa Jesús tiene que ser contenido en recipientes nuevos, no en las antiguas maneras de la religiosidad, sino en corazones flexibles que se adapten con alegría a las nuevas exigencias de la gracia. En otras palabras, el fanatismo y la observancia a ciegas del ritual religioso, se desquebraja, se rompe, frente a la presión del amor al prójimo, la festividad en Jesús, la fe y la gracia.
En conclusión, no es posible responder al llamamiento de libertad que nos hace Cristo viviendo aun sujetos a cualquier yugo de esclavitud, incluyendo la antigua ley. Pues quienes hemos sido llamados a seguir al Señor, debemos hacerlo con la sabiduría adecuada que nos brinda el Espíritu Santo. En el reino de Dios la meritocracia y los sacrificios personales para alcanzar la salvación son sustituidos por la fe y la alegría producto de una íntima comunión con Dios.
Queremos darte las gracias, querido lector, por completar este plan devocional. Oramos por ti y nuestro deseo de corazón es que haya sido de bendición para tu vida.
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Con amor en Cristo,
Pr. Juan Carlos Calle y Equipo Conectar Global.
Acerca de este Plan
Nuestro desespero por darle un sentido de total satisfacción y significado a nuestra existencia, en oportunidades nos obliga a llevar nuestra vida al límite con el fin de obtener más por encima de cualquier gratificación temporal o superficial. Pero, qué pasaría si en lugar de buscar afuera de nuestro ser, en el “exterior” el significado y propósito de nuestra existencia, lo buscamos dentro, en nuestro “interior” en nuestro espíritu.
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