Abrumada Por Mis Bendiciones (Parte 10)Muestra

Todavía está en formación

Empujaba mi carrito de las compras por el pasillo del pan. Ya sabes, ese carro con la rueda tambaleante que agarro. todas. las. veces. Por encima del chasquido de mi carrito pude escucharla más abajo en la fila. Una madre regañando en voz alta a su hijo pequeño.

"¿Por qué estás actuando así? ¡Ya te he dicho que no! ¡¿Por qué no me escuchas?! ¿Qué sucede contigo?"

Nerviosamente miró a su alrededor, atrapando los ojos de los demás. Estaba notablemente molesta por el arrebato de su hijo, pero en realidad estaba creando una escena propia. Ella estaba “criando a sus hijos” para la aprobación de quienes la rodeaban, en lugar de criarlos por el bien de su propio hijo.

¿Con qué frecuencia hacemos lo mismo? Nos importa lo que piensen los demás y caemos en esa trampa profunda, viviendo nuestra vida para una audiencia de personas a las que realmente les importa poco. Nuestro orgullo se ve atrapado en creer que el comportamiento de nuestro hijo en público está relacionado con nuestras habilidades o incapacidades como padres.

Libérate de ese gancho, mamá. Y deja que tu hijo también se libere.

Nuestros hijos están en formación. Nadie necesita estar impresionando por tus habilidades como madre o por el comportamiento de su hijo. Tú y yo sabemos que nos equivocamos y nos hacemos todo el tiempo.

La próxima vez que sientas la tentación de decirles a los demás por qué tu hijo pequeño se está portando mal en público, considera decir con una sonrisa: "Todavía está en formación". Luego, habla en voz baja con tu hijo sobre cuál es el comportamiento apropiado o sácalo de la situación. Te sentirás un poco mejor y probablemente recibirás una sonrisa de comprensión de los demás.

Nunca debemos sentirnos avergonzadas por nuestros propios hijos. Incluso nuestros adolescentes todavía están en formación.

Dios no se avergüenza de ti ni de mí. Él no nos regaña públicamente ni nos avergüenza por un mal comportamiento. Somos Sus preciosas hijas y Él sabe que todavía nos estamos capacitando.

Padre, ayúdame a recordar que solo tengo una audiencia de Uno: Tú. Ayúdame a recordar que no necesito la validación de los demás, y cuando busco eso, mi maternidad se centra en mí y no en mis hijos. Gracias por Tu gracia y comprensión mientras todavía estoy en entrenamiento. Permíteme aplicar Tu amor y gracia a mis propios hijos mientras los dirijo hacia la obediencia y el amor por Ti. Gracias por tu paciencia conmigo.

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