Nuestro Bien Y Su GloriaMuestra

Una de nuestras dificultades para permanecer en el camino correcto mientras nos dirigimos hacia nuestro propósito es que no vemos el final. Nos frustramos y nos sentimos perdidos cuando no podemos ver hacia dónde nos dirigimos. ¿Alguna vez te sentiste frustrado cuando conducías y perdido? ¿O has estado con alguien que se frustró mientras conducía y se perdió? Sin embargo, cuando un mapa, un GPS o las direcciones de un extraño señalaron el camino, las frustraciones desaparecieron. Esto es porque llegando al final vino a la vista.

Sin embargo, lo que nos sucede al seguir a Dios a lo largo de los senderos de su dirección providencial es que no siempre nos da las direcciones hasta el final. Él no nos proporciona la vista de mapa para que podamos ver todos los giros que daremos. Él nos da un vistazo aquí o una dirección allí, pero rara vez la imagen completa. Por lo tanto, las personas a menudo viven en un estado perpetuo de frustración por no saber cómo cada paso, cada día, cada conjunto de circunstancias o conversaciones llevan al lugar correcto. Sin una visión completa de la providencia vinculada a una rendición a la soberanía, estas frustraciones pueden convertirse en una cascada abrumadora de emociones que lo amenazan como una avalancha en un día de ventisca.

Amigo, nada te viene que no pase primero por los dedos providenciales de Dios. Tú tienes que saber eso. Tienes que creer eso. Tienes que confiar en eso. Tienes que descansar en eso. Esa mentalidad te situará para que puedas responder a los desafíos, reveses y aparentes aleatoriedades con espíritu de intencionalidad y fe perseverante.

Cuando reconozcas los elementos del carácter de la mano invisible de Dios, descubrirás los detalles y la dirección que te llevará a tu destino.

Esperamos que este plan te haya animado. Para obtener más información sobre el ministerio, haz clic aquí.