Matrimonio IncesanteMuestra

Matrimonio incesante

¿Qué momento de tu boda recuerdas con facilidad?, ¿el músico que tocó la canción equivocada?, ¿el niño de las flores que no tiró ninguna flor?, ¿la alegría de tu familia?. En mi caso, siempre recuerdo las palabras finales del pastor que ofició nuestra ceremonia: “los declaro marido y mujer hasta que Cristo venga”. Era la primera vez que escuchaba esta afirmación. Usualmente se dice: los declaro marido y mujer hasta que la muerte los separe. Sin embargo, nuestro pastor estaba sancionando nuestro matrimonio en una forma que simplemente parecía nunca tener final, aún con la posibilidad de la muerte. 

¿Es esto posible?, ¿cómo podemos tener matrimonios que resistan la inmoralidad de nuestra sociedad disfrazada de placer?, ¿cómo podemos evitar ser otra cifra en las estadísticas de divorcio?.

El apóstol Pablo tiene una clara idea de cómo lograrlo, y lo expresa en su primera carta a la iglesia en Corinto. Esta antigua ciudad era la metrópolis cosmopolita de su época. Sin embargo, Corinto se convirtió en sinónimo de sensualidad y lujuria. El verbo corintianizar llegó a usarse como una expresión que implicaba libertinaje desenfrenado y una vida inmoral. Muestra de esto era su adoración a la diosa Afrodita, la diosa del amor, en cuyo templo había 1,000 prostitutas públicas.

Lastimosamente, muchos cristianos cedieron ante la inmoralidad de la ciudad, al punto de un hombre tomar como suya a la mujer de su padre (1 Cor. 5:1). Es en este contexto que Pablo escribe lo que hoy conocemos como 1 Corintios. Es un llamado a vivir íntegramente en una sociedad que pisotea los valores de la familia y el matrimonio instituidos por Dios desde la creación (entre otras cosas). Por esa razón Pablo escribe “ahora yo os muestro un camino mucho más excelente” (1 Cor. 12:31). Ese camino es el amor. 

Para tener un matrimonio incesante, es decir, la unión de dos personas que nunca cesa, necesitamos aplicar tres aspectos fundamentales del amor a nuestros matrimonios que Pablo presenta en 1 Corintios 13, y en los cuales reflexionaremos en los siguientes días: la preeminencia, perfección y permanencia del amor. 

¿Aceptarás hoy el desafío de seguir el más excelente camino del amor en tu matrimonio hasta la eternidad con Jesús?