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Eterno gracias

La fidelidad es un aspecto fundamental del carácter de Dios. Por eso, Pablo podía afirmar con absoluta confianza en Filipenses 1:6 que “aquel que empezó la buena obra en nosotros, la va a completar”.

No importa en qué etapa estemos en nuestra vida, Dios siempre va a estar ahí para nosotros, porque él así lo ha dicho y lo ha prometido. Imagínate las cientos de promesas que hay en la Biblia, ¿sabes? Dios es fiel para cumplir cada una de ellas.

Hoy en día, vivimos una realidad en la que la palabra de una persona no tiene valor y todo es incierto. Sin embargo, Dios no cambia, su amor está establecido, él es nuestra roca fuerte.

Su carácter no cambia.

Su verdad no cambia.

Su propósito no cambia.

Su pacto no cambia.

Sus promesas no cambian. 

¡Él es fiel!

Tu vida es una prueba de esa fidelidad. Mi vida es una prueba de esa fidelidad. Por eso, podemos declarar que:“Este es mi testimonio, hubo un antes y un después”.

Apocalipsis 12:11 NTV

 “Ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y por el testimonio que dieron”.

Nadie puede negar lo que Dios ha hecho en tu vida. Si lees el versículo anterior dice que el acusador fue vencido por la sangre del Cordero, pero también por el testimonio de sus vidas.

¡Hay poder en recordar lo que él ha hecho en tu vida, y confiar en que seguirá siendo fiel!

Tu testimonio no se trata de un solo momento en tu vida: ¡cada vez que Dios hace algo en tu vida es un testimonio! Y eso es muestra de su gran fidelidad.

Hoy, espero que puedas recordar lo que Dios ha hecho en tu vida, y que lo que seguirá haciendo te llene de esperanza y fe, sabiendo que lo que él empezó, lo acabará y ¡será muestra de su gran fidelidad! Es por esto que le agradecemos hoy y hasta la eternidad.