El Peso De La CulpaMuestra
En cierta ocasión vi, en un documental de televisión, una escena que me impresionó. Se trataba de la captura de un hombre de avanzada edad, el cual estaba siendo acusado de haber cometido diversos crímenes durante la segunda guerra mundial.
Cuando lo aprehendieron, le preguntaron si él se creía culpable, su calmada respuesta fue: No, no soy culpable de nada, yo solo estaba cumpliendo órdenes. Estaba impávido, no mostró carga alguna. Podría decirse por su expresión y actitud que ese hombre no tenía remordimientos.
La culpa es un asunto que todos manejamos de manera diferente. Están aquellos a quienes no les importa lo que hicieron y no se sienten culpables, están quienes comenten errores, toman responsabilidad, atienden las consecuencias y siguen adelante, lo que pasó, pasó, es decir, encuentran la paz para superar los errores cometidos. Pero existe otro grupo de personas, aquellos que viven agobiados por un sentimiento de culpa que los persigue.
La culpabilidad mal manejada por causa de los errores cometidos puede llegar a hacer de tu vida en algo muy complicado.
Sabemos que hay errores que conllevan fuertes remordimientos, pero maltratarte a ti mismo por haberlos cometido, no te llevará a solucionarlos, sino que, por el contrario, solo producirá más problemas de los que ya tienes.
La culpabilidad crónica se puede convertir en una especie de abuso. Te hace sentir permanentemente mal, te recuerda constantemente sus fallas y te añade falsas culpas. Debido a la vergüenza y al miedo de volver a fallar, te paraliza y te lleva a evitar intentar ciertas cosas, te hace sentir indigno y te entristece la vida, es decir, te afecta profundamente.
Es importante que te determines a solucionar esos sentimientos de culpabilidad y eso puedes lograrlo precisamente por medio del perdón, que es la llave que abre la puerta para que seas libre. Ciertamente necesitas pedir perdón a quienes heriste, pedir perdón a Dios por cualquier pecado cometido, pero la clave respecto a lo que estamos hablando es la siguiente: Dios te perdona, quizás otros te perdonen (esperemos que sí), pero ¿puedes tú perdonarte y aceptar el perdón de otros?
Maltratarte no es la manera de restaurar el daño causado por una falta cometida. Maltratarte no es una manera de amor o de arrepentimiento, la justicia si lo es.
Cristo, siendo Dios, dio pasos hacia nosotros, se humilló. se hizo hombre y murió por causa de nuestros pecados para traernos vida y reconciliarnos con Dios, todo esto por medio del perdón. Entonces, si al arrepentirnos Cristo nos perdona, es suficiente medida para entender que cuando nos arrepentimos, debemos abrazar la paz que trae el perdón de Dios y liberarnos del peso de la culpa.
A veces esto podría tomar tiempo y ser difícil de asimilar, sobre todo si estas lidiando con las consecuencias de las faltas, pero eso es una cosa y otra cosa es que permanezcas atado a remordimientos y culpabilidad. Dios te da un perdón liberador que puede ayudarte a aliviar el peso de la culpa.
Acerca de este Plan
En ocasiones es más fácil perdonar a otros que perdonarse a uno mismo. La culpabilidad mal manejada puede llegar a convertir tu vida en algo muy complicado, más aún cuando vivimos en un mundo lleno de condenación, donde muchas cosas y personas pueden dedicarse a recordarnos nuestros errores.
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Nos gustaría agradecer a Abraham Figuera Alvarez por brindar este plan. Para mayor información por favor visite: http://afiguera.me/