Un Repaso de la Oración del SeñorMuestra

Nuestra Resistencia La última parte de la Oración del Señor es, quizás, la más confusa. Para ellos que recuerdan la antigua traducción («Y no nos metas en tentación, sino líbranos del mal.»), la redacción de Lucas 11:4 parece ser contradictoria al carácter de Dios. No es en la buena y sagrada naturaleza de Dios a conducirnos hasta pecado. (Santiago 1:13) Una parte de la confusión se encuentra en malinterpretar el idioma griego en que se escriben los evangelios. Una mejor traducción sería, «No nos dejes solos afrontando una tentación.» Jesucristo dijo lo mismo cuando, en el Monte de los Olivos, ordenó a sus discipulos: «Oren para que no caigan en tentación.» (Lucas 22:40) En este contexto, el propósito de las instrucciones de Jesucristo tiene sentido. Todos los hombres experimentan la tentación a pecar, pero Dios les ayudará a aguantar a ellos que le piden. (1 Corintios 10:13; Hebreos 2:18) En cuanto a la súplica «líbranos del mal,» esta parte de Lucas 11:4 no se requiere mucha explicación. Como Nuestro Señor y Salvador, el diablo es ciertamente real. Y aunque no nos puede forzar a pecar, el diablo sabe bien como preparar el terreno para que estemos tentados a pecar. Para soposrtar las estratagemas del diablo, Santiago – el hombre de Jesucristo – lo resumió así: «Sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes.» (Santiago 4:7)