Dones Al Servicio De Los DemásMuestra

Rendir nuestros dones y talentos ante Dios

Jesús no escogió a los mejores, ni a los más capacitados para ser Sus discípulos, Él escogió a los más dispuestos y obedientes. Durante los tres años que compartió con ellos les enseñó muchas cosas, pero una de las más importantes fue confiar en el Espíritu Santo. Jesús sabía que durante el camino se podían presentar problemas, inconvenientes y situaciones que los iban a sobrepasar, pero si el Espíritu Santo estaba con ellos guiándolos, lograrían mantenerse unidos y firmes en la gran comisión que les había encomendado.

Rindamos nuestros dones y talentos a Dios y dejemos que el Espíritu Santo nos dirija a usarlos en donde Él más los necesite. La mejor manera de poner nuestros dones al servicio de los demás es haberlos rendido previamente a Dios y a Su perfecta voluntad.