Creciendo en el amorMuestra
Un amor que crece está orientado a los demás
No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás. Filipenses 2:3-4 NVI (énfasis añadido)
Un amor creciente está orientado a los demás. No puedo amarte si estoy continuamente concentrado en mi agenda, mi aprobación, mi apetito o mi próximo logro. Por tanto, para amarnos unos a otros, tenemos que permanecer alerta a los planes del enemigo que nos mantienen centrados en nosotros mismos.
La distracción es el arma principal de nuestro enemigo espiritual. ¿De qué quiere distraernos? De cualquier cosa que le importe a Dios. Por ejemplo:
- Compartir el evangelio (la misión de rescate de Dios)
- Comunión íntima con Dios
- Amarnos unos a otros
Si el enemigo nos distrae lo suficiente de estos puntos esenciales, sabe que el resultado será división, aislamiento y destrucción.
Primero, definamos distracción. Básicamente, es cualquier cosa que atraiga nuestra atención o nuestra mente hacia algo más. He aquí un ejemplo común de cómo puedes distraerte: tienes tiempo libre antes de un compromiso, y en lugar de pedirle a Dios que te indique alguien a quien podrías llamar o por quien orar, dejas que tu tiempo libre se desperdicie porque tu atención es absorbida por las noticias, mensajes telefónicos, publicaciones en redes sociales o alguna otra forma de entretenimiento aislado.
¡He pasado por eso y lo he hecho! Es un hábito muy fácil de adquirir porque está al alcance de la mano.
Pero no quiero vivir distraída. No quiero caer en el status quo. No quiero descuidar a la persona que tengo enfrente. ¡Quiero amar como Jesús!
Aceptemos el hecho de que realmente nos necesitamos unos a otros. Los estudios demuestran que las comunidades con vínculos saludables son buenas para nuestro bienestar físico, emocional y psicológico.
Decídete hoy a crear conexiones más intencionales e interacciones más consistentes. Decide ser una fuente de aliento diario para todos los que encuentres. Disponte a vivir una vida que ejemplifique el amor de Dios y se mantenga enfocada en la misión de nuestro Reino.
Mi esposo, Craig, me inspira al vivir una vida orientada a los demás. Hice una lista de cómo lo veo habitualmente. Espero que te inspire a ti también:
- Llama constantemente para saber cómo está alguien que está sufriendo.
- Es fiel en oración por las personas.
- Se toma el tiempo para instruir o escuchar con paciencia.
- Hace lo que sea necesario, sin importar el costo personal.
- Da prioridad a nuestra familia y a mí.
- Confiesa y se disculpa cuando se equivoca.
- Planea maneras de ser generoso.
- Siempre expresa aprecio y gratitud.
- Se pone a sí mismo en último lugar.
- Siempre anima con detalles específicos.
- Recuerda el día en que alguien perdió a un ser querido.
- Hace preguntas interesantes en lugar de hablar de sí mismo.
- ¡Siempre comparte la comida de su plato!
La vida de Craig muestra el dulce y maduro fruto del Espíritu Santo. Estos actos de amor sacrifial aparentemente pequeños pero fieles son consistentes, ya que continuamente elige abrazar la vida del Espíritu dentro de él. Todos los días tenemos la oportunidad de hacer lo mismo, así que dedica un tiempo para considerar la manera en que podrías orientarte más hacia los demás.
Ora: Padre, abre nuestros corazones y ojos a ver cómo vivir una vida centrada en Dios y orientada a los demás. Ayúdanos especialmente a mantener nuestra atención en las personas más cercanas a nosotros. Que amemos y valoremos genuinamente a las personas con nuestras acciones y palabras. En el nombre de Jesús, amén.
Acerca de este Plan
Lo que realmente importa es amar a Dios y a los demás, pero ¿cómo lo hacemos eficazmente? La verdad es que por nuestras propias fuerzas no podemos amar debidamente a los demás, sin embargo, cuando miramos a Dios y nos postramos en humildad, podemos vivir del auténtico y poderoso amor de Dios. Aprende más acerca de crecer en el amor en este Plan Bíblico de 5 días de la Pastora Amy Groeschel.
More