Batallas InternasEjemplo

Fortaleciéndonos para la batalla.

Las batallas largas son las más difíciles de ganar, ellas producen un desgaste y llegan a bajar las defensas para luego atacar de forma abrupta e irrumpir y hacer el mayor daño posible al enemigo.

En este caso Satanás, el Diablo, nos ataca constante e incansablemente para hacer que nuestras defensas se bajen y ante el menor descuido, arremeter contra nuestra fe y destruirla; recordemos lo que nos dice la Palabra en Efesios 6:10-11 “10 Y ahora, hermanos, busquen su fuerza en el Señor, en su poder irresistible. 11 Protéjanse con toda la armadura que Dios les ha dado, para que puedan estar firmes contra los engaños del diablo.” Como vemos el Señor nos ha provisto de una poderosa armadura la cual debemos ceñir cada día para combatir y poder defendernos también de los ataques de satanás; esto claro está que buscando la fortaleza en el Señor.

Cuando entendemos que debemos fortalecernos en el Señor comenzamos a ver las maravillosas obras que en la Palabra se nos relatan, centramos la mirada en Cristo y en lo que hizo en la Cruz del Calvario; nuestra fe es fortalecida y así podemos resistir ante los pensamientos negativos, de desánimo, derrota o desesperación que vienen a nuestra mente tratando de doblegarnos. Siempre debemos tener presente que esta no es una batalla de un solo día, no, es una batalla que dura toda la vida porque estamos en un lugar, el mundo, el cual le pertenece a Satanás y a sus demonios.

Vemos cosas horrendas en nuestro entorno pero no debemos asustarnos porque Cristo nos ha dado la victoria, protección y cuidado; todo está a nuestro alcance si podemos creer en Su obra maravillosa en la Cruz, nunca desviemos la mirada de ella y así viviremos fortalecidos; te invito a orar conmigo pero antes recuerda que esta batalla la libramos todos los hijos de Dios así que no te sientas mal si estás pasando por un mal momento; esto es parte de nuestra vida cristiana, oremos: 

Amado Padre, en el nombre de Jesucristo nos presentamos delante de tu Trono para darte las gracias por esa maravillosa obra realizada en la Cruz del Calvario; sabemos que somos fortalecidos por medio de la fe y que esa fe comenzó a crecer en nuestro interior cuando aceptamos a tu Hijo como Señor y Salvador personal; sabemos que estás en cuidado de nosotros y por eso te pedimos que nos ayudes a seguir adelante, que a a pesar de cualquier situación podamos avanzar dando el fruto que tu deseas para nuestra vida; que seamos un remanso de paz para quienes nos rodean y que nada ni nadie nos pueda robar esa seguridad que tenemos en que tu eres quien está en control de todas las cosas; amén.