Tratando Con La DiversidadMuestra

Devocional

Al considerar el tema de la raza, cómo abordar el tema, cómo acabar con el racismo, cómo compartir la perspectiva de Dios con mis hijos, me vinieron a la mente algunas cosas. No estoy sugiriendo que haya soluciones fáciles a corto plazo para este problema. Pero creo que hay algunas acciones prácticas que podemos tomar para ayudar a cambiar el rumbo.

1. Ora

Esta debería ser nuestra primera respuesta a todos y cada uno de los problemas que enfrentamos en la vida, ¿verdad? Necesitamos involucrar a Dios, obtener su perspectiva y permitirle cambiar nuestros corazones.

Como dice Oswald Chambers: Cuando oramos, "nos ponemos en unión con la visión que Dios tiene de otras personas". La oración nos permite "identificarnos con Sus intereses en los demás". Si mi corazón está bien con Dios, cada ser humano es mi prójimo".

2. Entra en la Palabra

Si queremos saber cómo se siente Dios sobre el racismo, el fanatismo y los prejuicios, debemos abrir nuestras Biblias. Hay muchos pasajes en las Escrituras que tratan estos temas.

Tome la regla de oro, por ejemplo. Jesús enseñó: "Traten a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes." (Lucas 6:31). Viviendo de esta manera, el simple mandamiento es un arma poderosa en la batalla contra el racismo.

3. Hable con sus hijos

Los niños son muy observadores. Ellos ven cosas. Ellos escuchan cosas. Ellos hacen suposiciones. En lugar de evitar temas difíciles, debemos mantener conversaciones honestas con ellos. Esto puede ayudarnos a comprender sus sentimientos y ayudarlos a comprender nuestros valores y actitudes.

"Muchos padres blancos evitan hablar de raza", escribe Madeleine Rogin en "Cómo enseñar a los niños sobre la raza". Sin embargo, los niños pequeños notan la diferencia todo el tiempo. Cuando son silenciados o retoman la idea de que señalar las diferencias no está bien, comienzan a pensar que debe haber algo malo o malo en estas diferencias.

Oración

Señor, revélame la verdad de tu Palabra. Ayúdame a tratar a los demás como me gustaría que me traten. Y dame sabiduría al discutir el tema de la raza con mis hijos.