Sus Impresionantes Cuernos

La segunda debilidad del ciervo son sus distracciones, que también lo debilitan y lo ponen en un mayor peligro.

Cuando se enamora, el ciervo se desvía de la corriente, desciende de la montaña al valle en busca de aparearse y utiliza sus impresionantes cuernos. Esos cuernos que aparentan ser su arma de defensa realmente son sólo un adorno, una distracción más porque ellos no sirven sino sólo para su apariencia. Constituyen su orgullo, aparentan poder y fertilidad frente a las hembras; pero cada año se les caen.

Los ciervos durante una temporada suelen alardear, aparentar con sus impresionantes cuernos. Dependen de ellos para obtener lo que desean, hasta que estos allí mismo, frente a quienes lograron en su momento impresionar, se caen porque son mudados cada año. 

¿Qué podemos aprender de esto?

Dios nos va a quitar los cuernos, para que dependamos de él.

Un buen ejemplo de esto lo encontramos en 2 Corintios 12:9 donde Pablo comparte lo siguiente: "Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera."

Los cuernos en los ciervos pueden compararse con esas experiencias de vida cristiana y demás que pueden llenarnos de orgullo o llevarnos a sentirnos autosuficientes. Las experiencias del apóstol Pablo fueron mucho más extraordinarias que las de otros que le rodeaban ministerialmente. Sin embargo, Dios jamás permitió que esas experiencias lo llevaran a enaltecerse, por lo que le fue entregado un aguijón que lo abofeteara; o sea, una debilidad, algo humillante y punzante que le llevó a escribir: "Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte" V. 9-10.

Entonces; como ciervo, no me gloriaré en mis cuernos, habilidades, dones o experiencias; me gloriaré en mis debilidades y me bastaré en la gracia de Dios (v.9).

Vivir intentando impresionar es una distracción innecesaria para quienes quieren vivir una vida cristiana de excelencia. Muchos que una vez experimentaron las alturas, se hicieron esclavos de la impresión, se enamoraron de la vida de apariencia, de los seguidores en las redes sociales, etc. desviándose lejos de la corriente de agua y fueron empujados hacia abajo, hacia los valles de la distracción.

Aprenderás a no apegarte a nada, a no depender de nada, ni de nadie, a no distraerte, sino a depender totalmente de Dios; quien permitirá que pierdas todo lo que puede provocar orgullo, todo lo que piensas que son tus fortalezas. Así tal y como el ciervo pierde sus cuernos cada año. Él, así mismo, hará que las miradas que puedan atraer tus cuernos, se vuelvan sólo a Él.

Una vez el ciervo pierde sus cuernos, inevitablemente vuelve a la corriente para sobrevivir.