Caleb: Ejemplo De PerseveranciaEjemplo

A sus 85 años, Caleb recibió la recompensa de su fe. Los años dorados no son solo para contar viejas historias; a los 85 años aún podemos heredar el cumplimiento de la promesa, y recoger los frutos de nuestra perseverancia.

Perseverar tiene dos frutos: disfrutar del cumplimiento de la promesa, y ver nuestras fuerzas siendo renovadas por Dios. Cuando perseveramos en aquello que creemos o amamos, vemos el cumplimiento de lo prometido, y además de eso, dejamos un legado que impactará a las futuras generaciones.

La propuesta es que usted y yo vivamos pensando generacionalmente. Es decir, que cada decisión que tomemos, que todo lo que pensemos y hagamos, sea hecho con la absoluta intención de impactar a las futuras generaciones y de abrir camino para ellas.

Pensar generacionalmente significa, vivir tomando en cuenta a la generación que se levantará después de nosotros. Significa correr la carrera calculando cada movimiento, para entregar la batuta en el tiempo correcto y de la mejor forma posible. Esto nos convierte en más que triunfadores. Significa construir un legado que podamos dejar a nuestros hijos y a nuestros nietos. Un legado que trascienda aún después de que partamos y que no se trate solamente de bienes materiales.

Quienes dejan un legado en el corazón de sus hijos, definen un camino, una visión, un grupo de valores, y una identidad que los ayudará a estar menos propensos a perderse en medio de un mundo lleno de tantas distracciones.

Piense sobre su siguiente generación. Imagine sus rostros. ¿Quiénes son los herederos de su legado?, y pregúntese… “¿a dónde quiere dejarlos?”

Mientras mira el video a continuación y lee los siguientes pasajes Bíblicos reflexione:

• ¿De qué forma el cumplimiento de ideas, sueños, anhelos o promesas pueden llegar a impactar a sus futuras generaciones?
• ¿Está enseñando con su ejemplo a la siguiente generación a perseverar?
  

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