El Poder De La UnciónMuestra

La importancia del dominio propio

Este fruto del Espíritu es de suma importancia, ya que, por una vez que nos dejemos vencer por nuestra carne, esta se hará siendo más fuerte en nosotros y más nos costará luchar contra ella. 

Además, esto es muy peligroso, porque por una vez o por un momento de desenfoque, podemos caer en tentación, lo que nos puede llevar a pecar y nos costará mucho más trabajo volver a tomar el ritmo de antes, y en caso de que no se tomara a tiempo o no pedir ayuda, esto puede alejarnos totalmente del propósito que Dios tiene para nosotros. 

También por muy llenos que estemos del Espíritu Santo, por un descuido nos hará contaminar completamente el progreso que hemos llevado. Nuestra vida es como un vaso puro de agua, y si le llega una sola gota de cualquier otra sustancia ya está contaminada. Pero, mientras más estrecha sea nuestra relación con el Espíritu Santo, más muere nuestra carne y tendremos menos tentaciones y ocasiones de caer. 

No podemos esperar a que llegue la prueba o tentación para orar e igualmente pecar y además culpar a Dios porque no nos ayudó, sino orar sin cesar para que cuando llegue la tentación estemos completamente sometidos a Dios y la tentación huya de nosotros.  

Dios te seguirá mandando la prueba hasta que la pases, y así seguir con su propósito. (Permitirá al diablo que te seduzca  con lo que te haga caer, para demostrarle que habrá un momento que ya no caerás más).