Hacia Lo DesconocidoMuestra

Sal a caminar. Ya sea que vivas en la ciudad o en el campo, dedica un momento a observar tu entorno. Mira los árboles. Presta atención a las flores que veas. Te darás cuenta de que, aunque la naturaleza cambia con las estaciones, el mundo en el que vivimos sigue siendo el mismo. Como dice Isaías en el versículo de hoy, la hierba se seca y las flores se marchitan. Sin embargo, Dios es constante. Dios está ahí en las estaciones de primavera, cuando todo florece y crece. Y Dios también está allí en las temporadas de invierno.

No importa en qué estación del año te sientas en este momento, debes saber que Dios te ve y está contigo. 

Tómate un momento para escribir una oración dándole las gracias a Dios por ser el mismo en todas las estaciones del año.