El Verdadero AyunoMuestra

El ayuno y la mano de Dios

Aclaremos esto.

No se ayuna para mover la mano de Dios, se ayuna para verla y dejar que ella trabaje con nosotros.

Muchas veces al no entender o no estar de acuerdo con su voluntad confundimos nuestros deseos u opiniones con los planes que él tiene. Por ejemplo: sabemos que se conoce su voluntad a través de su palabra, pero al no recibir las respuestas que queremos, ayunamos para mover su mano a nuestro favor, como si eso se pudiera.

Muchos de nosotros fuimos enseñados erróneamente al escuchar decir que el ayuno y la oración podían mover la mano de Dios. La fe mueve montañas y la oración del justo puede mucho; si, claro que sí, pero ¿Dónde queda la obediencia?

Pongamos como ejemplo a David: Cuando David adultero y Betsabé dio a luz; el niño moriría por el pecado de sus padres, más David quiso comprar el favor de Dios ayunando para revocar su <desobediencia,> cosa que no pudo. 2 Samuel 12:15-23

Dios no se mueve por lastima al vernos ayunar para conseguir lo que deseamos, si desde el principio no estamos siendo obedientes a lo que ya está escrito en su palabra no vamos a conseguir nada, <porque no estaríamos ayunando para conseguir su favor, estaríamos haciendo huelga de hambre para no obedecer.>

<Lo que hace que Dios mueva su mano es la obediencia a su palabra>