¡Todo tiene su tiempo!

Eclesiastés 3:1

Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.

La Biblia nos cuenta de un hombre rico oriental llamado Job, él era un hombre perfecto, recto y apartado del mal, por lo que, Dios lo había bendecido en gran manera. Un día, Satanás se presentó delante de Dios y le pidió le dejara probarlo para ver si Job renegaba de Dios, Dios le permitió probarlo y poco a poco Job fue perdiendo todo, su ganado, sus criados, sus hijos e hijas. "Job lo perdió todo" y no solo eso, Job también fue probado en su cuerpo con una enfermedad, una sarna maligna; la esposa de Job al ver la tragedia que estaban pasando y al ver a su esposo lleno de llagas le dijo a Job: "maldice a tu Dios y muérete", Job respondió a su esposa: "recibiremos el bien de Jehová y el mal no lo recibiremos, Jehová dio, Jehová quitó sea el nombre del Señor bendito", dice la Biblia que en todo esto, no pecó Job. (Job 2:10)

Esta sin duda es una historia muy dolorosa y trágica y seguramente lo fue para Job en esos momentos. Sin embargo, Job no vivió en su tragedia; en el capítulo 42 del libro de Job nos dice, que los amigos de Job fueron a su casa para consolarlo y comieron con él y bendijo Dios el postrer estado de Job más que el primero. (Job 42:12)

Dios al ver la integridad de Job, le devolvió el doble de todo lo que le había quitado, incluyendo hijos e hijas, además Dios añadió años a su vida; 140 años más, vio a sus hijos y a los hijos de sus hijos hasta la cuarta generación, y murió Job viejo y lleno de días. 

Las palabras "lleno de días" nos hablan de un hombre que disfrutó su vida futura aún después de tantas pérdidas, Job no se estancó, ni renegó de lo sucedido; se enfocó en disfrutar lo que Dios le restituyó.

Hace unos días mi mamá me platicaba que había recibido una mala noticia, su dentista había fallecido hace dos meses, ella y mi papá estaban muy tristes por la pérdida, ya que, además, de ser su dentista, era su amigo. Mis padres lamentaban el no haber aceptado una invitación de hace algunos años atrás, para comer y convivir juntos con sus familias, mis papás llevaban más de 30 años de conocerlo. Después de haberme contado su pesar, ellos tomaron una decisión, mis papás tienen algunos amigos a los cuales frecuentan algunas veces y con los que han quedado de verse o visitar algún día, ellos harán lo posible por verlos y convivir, no volverán a dejar pasar el tiempo.

Ellos aprendieron  que "todo tiene su tiempo" pues nunca sabrás cuándo dejarás de ver a esa persona. Al igual que mis padres reflexionaron sobre lo corta que es la vida, te invito a disfrutar momentos con tus familiares, amigos, hermanos en Cristo. No dejes pasar el tiempo, sin duda nadie sabe cuándo partiremos de esta tierra, por lo que es importante aprovechar el tiempo que tenemos de vida, para reír, amar, perdonar,  disfrutar a la familia, visitar a un amigo, hacer una llamada, dar una sorpresa a alguien, etc. 

Sé que la pérdida de un familiar es muy dolorosa, sin embargo, a tu alrededor hay personas que te aman y a las que les haces falta, no permitas que la tristeza te embargue y vivas infeliz por el resto de tu vida, Dios quiere que sigas adelante y que veas todas las bendiciones que tiene para ti.

Los días de nuestra edad son setenta años;

Y si en los más robustos son ochenta años,

Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo,

Porque pronto pasan, y volamos. 

Salmos 90:10

Le pido al Señor que quite la aflicción que hay en tu corazón, ante la pérdida de tu ser amado y oro para que bendiga tu vida grandemente y te permita disfrutar una vida plena y abundante al lado de las personas que te aman. Recuerda "todo tiene su tiempo". 

¡Es tiempo de vivir!