Maravillosamente Complejo: Emprendo en TiMuestra

Pasión

Dale lo mejor de ti a Dios porque tú eres lo que Él ya te lo dio.

Una vez estamos agradecidos por quienes somos, debemos enfocarnos en aquellas cosas que sabemos hacer y las hacemos muy bien. 

Fuimos creados para hacer las cosas buenas que Dios preparó. No que Él va a preparar, ni haremos cualquier cosa. Entonces debemos estar seguros de qué es eso que Dios ya preparó para que hiciéramos.

El ser humano nace con unos talentos, cuya definición es "Especial capacidad intelectual o aptitud que una persona tiene para aprender las cosas con facilidad o para desarrollar con mucha habilidad una actividad".

Especial, capacidad, intelecto, aptitud este conjunto de palabras son las mismas que el enemigo ha querido destruir en la mente y corazón de los individuos. Él sabe que, si destruye esto, el ser humano pierde su esencia. Y la realidad es que todos nacemos con uno o más talentos. Él no quiere que lo sepamos pero Dios tiene poder y dominio sobre los que le hemos recibido y nos da la potestad de desatar en la tierra aquello para lo que fuimos designados.

Además, la definición es clara en afirmar que se nos hace fácil aprenderlo y lo desarrollamos con mucha habilidad. La pasión que se desprende de los que hacemos revela parte de nuestro diseño. Reflexiona un poco en aquellas cosa que haces y por las que te sientes cómodo haciéndolas, porque esa es la voluntad del Padre, que estemos gozosos en todo lo que hagamos. Identifica pues, ese talento que tienes y ponlo al servicio del Señor.

Las habilidades se aprenden, éstas se definen como "Capacidad de una persona para hacer una cosa correctamente y con facilidad". Aunque no nacemos con ellas tenemos la capacidad de aprenderlas. Nuestro diseño nos permite aprender mejor unas cosas que para otros es más difícil, pero todos tenemos diversas formas de aprender. Esto se conoce como inteligencias múltiples. El ser humano en su intento por explicarlo todo, le asigna esta definición, pero Dios nos muestra que Él quiere que cada uno experimente empleando sus habilidades la oportunidad de servirle. Desde el principio Dios tuvo cuidado de nosotros y depositó una gracia particular para hacer que las habilidades que desarrollemos sean para el beneficio de la su Obra.

Pero el talento no es lo único que el Señor nos regaló. Cuando venimos a Él nos da Dones, cuya definición es "Dádiva, regalo o presente (material o inmaterial), en especial el que un ser superior hace a alguien". Qué hermoso es saber que, al aceptar a Jesús como nuestro Salvador, además de la salvación recibimos un regalo llamado Don. Según 1 Corintios 12 son siete los dones del Espíritu Santo: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. Todos son importantes y necesarios en la obra de Dios, por eso la Iglesia debe procurar la manifestación de los dones del Espíritu para guiar al pueblo de Dios a su verdad. Cada cristiano debe tener por lo menos uno de ellos, y lo más importante ejecutarlo en medio del pueblo.

Ahora bien, el talento, la habilidad y el don son parte del propósito de Dios para nuestra vida. Cuando venimos al Señor, muchas veces desconocemos todo lo que Él ha depositado en nosotros, pero el Espíritu Santo se encarga de revelarnos, solo si tenemos intimidad y le buscamos. Tenemos que ser intencionales en querer saber cuál es el lugar que nos corresponde dentro del reino de Dios. Si le buscas de todo corazón Él te mostrará y podrás activarlo.