Suficiente es suficiente

El rey Salomón de Israel amasó una fortuna durante su reinado. Mediante el dinero de los tributos de los reinos dependientes, Salomón recaudó 666 talentos (cerca de veinticinco toneladas) de oro cada año. Si el oro está a $1.000 por onza, ¡eso es $800 millones cada año! Y eso no incluía sus ingresos por impuestos y comercio. (Vea 1 Reyes 10:14-29.)

Podría decirse que Salomón era un maximalista. En lugar de ver cómo se sentía al vivir con menos, trató de descubrir cómo era vivir con más. Se dijo así mismo: “... «Vamos, pues, haré la prueba con los placeres y me daré la gran vida». ¡Pero aun esto resultó un absurdo! (Eclesiastés 2:1 NVI).

Construyó casas y plantó viñedos. Poseía más ganado que nadie en Jerusalén. Tenía oro y plata, cantantes masculinos y femeninos, y un harén. Escribió: “Me engrandecí en gran manera, más que todos los que me precedieron en Jerusalén; además, la sabiduría permanecía conmigo. No les negué a mis ojos ningún deseo, ni privé a mi corazón de placer alguno. Mi corazón disfrutó de todos mis afanes. ¡Solo eso saqué de tanto afanarme!" (Eclesiastés 2:9‭-‬10 NVI).

Aún al final de su vida Salomón escribió: “Consideré luego todas mis obras y el trabajo que me había costado realizarlas, y vi que todo era absurdo, un correr tras el viento, y que ningún provecho se saca en esta vida" (Eclesiastés 2:11 NVI).

Inutilidad. Eso es lo que Salomón encontró. 

Salomón experimentó si las posesiones y el dinero traían la felicidad. Su experimento falló. ¿Y si intentanmos un experimento diferente? ¿Y si intentamos vivir solo con lo que necesitamos para los verdaderos propósitos de nuestra vida?

La mejor forma de distinguir entre una necesidad y un deseo es intentar prescindir de algo durante un tiempo. Si no estás seguro de querer deshacerte de algo por completo, ponlo en el garaje o en un armario durante un mes. Si no lo extrañas, no lo necesitas.

La sociedad promueve el tipo de experimentación de Salomón: gasta todo lo que puedas en ti mismo. Y como el rey más rico de Israel, muchas personas se dirigen hacia una sensación de desilusión e inutilidad. 

Hagamos esto, ¿por qué no? Tomemos otro camino y experimentemos vivir con menos. A medida que descubramos cuánto necesitamos realmente para vivir y nos mantengamos en ese punto, haremos espacio en nuestras vidas para toda la satisfacción y plenitud que el rico Salomón esperaba pero no encontró. 

¿Cuál es la posesión de la que podrías prescindir durante el próximo mes?