LanzadoresMuestra

Los lanzadores buscan la humildad por encima de los titulares. En la sociedad actual, el éxito suele consistir en ser el centro de atención y ser reconocido para que nos aplaudan. Nuestra naturaleza humana se siente atraída por los elogios y la promoción. Nuestras acciones para ayudar, liderar o hacer algo grande están a menudo relacionadas con la necesidad que sentimos de ser reconocidos.  

En Juan 13, en la cena con sus discípulos, Jesús se quitó el manto y se puso una toalla alrededor de la cintura. Echó agua en un recipiente, se inclinó y comenzó a lavar los pies de sus discípulos. En la época de Jesús, lavar los pies de alguien era el trabajo del sirviente de menor rango. Jesús no sólo se inclinó físicamente, sino que adoptó una postura de humildad. No buscaba elogios ni posición. ¡Jesús era un lanzador!   

Cuando Débora aceptó ir a la batalla con Barac, probablemente se dio cuenta de que Barac recibiría el reconocimiento. La motivación de Débora no era la alabanza personal, sino que su objetivo final era el triunfo del pueblo de Israel. No se trataba de los elogios que recibiría, sino del avance del bien común y del pueblo de Dios.  

PREGUNTAS   

Jesús vivió una vida desinteresada y obediente y luego tuvo una muerte desinteresada y obediente. ¿Cómo puedes elegir la humildad por encima de los titulares esta semana y vivir de forma que pongas a los demás por encima de tu propio sentido del éxito?