El poder extraordinario de la alabanza: un devocional de 5 días del libro de los SalmosMuestra

Alabar a Dios cultiva el contentamiento

En nuestra cultura es fácil gemir y quejarse por lo que nos hace falta. Comparamos nuestra situación con la de nuestros amigos y sentimos como si ellos tuvieran una vida mucho mejor que la nuestra. En nuestro descontento comenzamos a refunfuñar y quejarnos. David escribió que debido a que el SEÑOR era su pastor no le faltaba nada (Salmo 23:1). En otro Salmo escribió que el solamente el SEÑOR era su porción y su copa (Salmo 16:5).

¿Qué fue lo que llevó a David a ese lugar de contentamiento profundo y perdurable? Creo que fue su continua alabanza a Dios. Cuando nos comparamos y quejamos desarraigamos nuestro contentamiento. Sin embargo, lo contrario también es cierto. Mientras más alabamos a Dios, más nos enamoramos de Él. Mientras más le agradecemos, más agradecidos nos volvemos. Mientras más tiempo expresamos nuestro amor hacia Él, más nos enamoramos de Él. Existe la comprensión de que poco a poco Él –Dios de todo – es suficiente. De hecho, ¡Él es más que suficiente! Entonces somos capaces de repetir las palabras de David y con sinceridad podemos proclamar "¡Nada me falta!”.

¿Por qué no intentas alabarlo durante quince minutos cada día durante los próximos cinco días? Puedes crear una lista de los rasgos de Su carácter y dar gracias por ello. O bien, puedes usar música de adoración para motivarte a alabar. No importa cómo lo hagas. Intenta alabarlo y ve lo que pasa en tu alma.

Selah – Pausa y reflexión: ¿Eres una persona que tiende a comparase y quejarse? ¿Cómo sería para ti estar tan satisfecho con Jesús que puedas decir sinceramente “Nada me falta”?

Oración de alabanza: Santo Padre, oro a Ti que eres suficiente, Dios que sostiene. No te hace falta nada y me das la promesa de que me proveerás todo lo que necesite. Te adoro por ser mi porción y mi provisión. En Ti, encuentro contentamiento que sobrepasa todo entendimiento porque me doy cuenta de que eres Dios generoso y amoroso. Todo lo que necesito lo encuentro en Ti. Gracias porque puedo descansar y sentirme seguro en Ti porque Tú estás en control de todo. Te alabo y adoro como mi Dios Santo y Suficiente.

Salmo 16:5 “Tú, Señor, eres mi porción y mi copa; eres tú quien ha afirmado mi suerte”.