Jesús: La Única Pasión De Tu AlmaMuestra

El amor. En una palabra, esa es la pasión del alma. Porque lo que un hombre ama, eso seguirá. Lo que una mujer valora, eso obedece. Una persona vivirá y morirá por lo que realmente ama. Para los cristianos, Dios debe ser nuestro máximo amor, nuestra máxima pasión. No obstante, esto puede resultar difícil de vivir. Felizmente, no estamos llamados a hacerlo solos.

Dios está tan preocupado por tu vida espiritual como tú. De hecho, está más entusiasmado que tú por tu bienestar. Además, Él se especializa en hacer que lo imposible -tu eventual perfección- sea algo posible.

El primer y gran mandamiento alumbra la pasión por Dios (Marcos 12:28-31). Allí encontramos la misma expectativa de Jesús sobre la pasión espiritual. Él delinea aquello que es más importante, y lo realmente imposible, en una relación continua con Dios: "Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas".

El amor es una de esas palabras que entendemos de forma intuitiva, pero que puede tener muchos significados diferentes. Sin embargo, el amor a Dios es algo muy específico. Es un tipo de amor especial que está reservado sólo para Dios. Pregúntate a ti mismo:

- ¿Es Dios mi primer amor? ¿La pasión de mi corazón?

- ¿Es Dios mi verdadero amor? ¿La pasión de mi alma?

- ¿Es Dios mi legítimo amor? ¿La pasión de mi mente?

- ¿Es Dios mi gran amor? ¿La pasión de mi vida?

Si al principio tus respuestas te resultan desalentadoras, ¡ánimo! Todos vivimos con la ayuda de Dios para poder amarlo. En Juan 17:17, Jesús ora para que Dios "santifique" a Sus discípulos en la verdad. El apóstol Pablo también habló de esta verdad: "Que Dios mismo, el Dios de paz, los santifique por completo, y conserve todo su ser —espíritu, alma y cuerpo— irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo. El que los llama es fiel, y así lo hará." (1 Tesalonicenses 5:23-24).