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Jesús y su bondad

La bondad se refiere a la cualidad de una persona que es misericordiosa, buena, clemente, compasiva y generosa. La Biblia nos habla de la bondad de Dios por su pueblo porque aunque el pueblo falló y pecó contra Dios en repetidas ocasiones, Dios siempre tuvo misericordia para perdonar cada falta que ellos cometían.

Con este concepto claro, quisiera hablarte de algunas historias protagonizadas por Jesús durante su ministerios en la tierra. 

La primera es la muy conocida historia de la mujer adultera que fue llevada donde Jesús para tenderle una trampa. Nótese la mansedumbre del Señor. Antes de esta escena, Jesús había estado en el monte orando, la oración nos brinda las herramientas para poder salir de cualquier situación incluidas las trampas que se nos presentan en el camino. La bondad de Dios se refleja en nosotros cuando oramos. Los que querían tenderle una trampa se acercaron a Jesús diciéndole que la ley decía que la mujer debía ser apedreada. Jesús conocía la ley pero no respondió sino que escribía en la arena pero después:

"Como ellos seguían exigiéndole una respuesta, él se incorporó nuevamente y les dijo: «¡Muy bien, pero el que nunca haya pecado que tire la primera piedra!»" Juan 8:7 (NTV).

Jesús volvió a escribir en el suelo y al levantarse no había nadie. Porque seamos sinceros ¿Quién de nosotros no ha pecado? Igual ¿Quién de nosotros no ha juzgado? Jesús, el único que no pecó vio a la mujer sin juzgarla ni condenarla.

Quiero que juntos analicemos esto: Jesús no juzgó a esta mujer "Entonces Jesús se incorporó de nuevo y le dijo a la mujer: —¿Dónde están los que te acusaban? ¿Ni uno de ellos te condenó?—Ni uno, Señor —dijo ella. —Yo tampoco —le dijo Jesús—. Vete y no peques más" Juan 8:10-12 (NTV).

¿Estamos dispuesto a dejar el juicio? 

Jesús nos da muchísimos ejemplos de lo mismo, Él no juzgaba a la personas al contrario se sentaba a comer con ellos aun cuando eran los mal visto de aquel tiempo como las prostitutas y los recaudadores de impuesto.

A Jesús también lo criticaron en varias ocasiones y eso no lo detuvo ni desenfocó porque Él sabía que su bondad cambiaría la vida de muchos pecadores. Ahora te pregunto ¿tu bondad está acercando los pecadores a Dios? O ¿estás siendo tan duro con los pecadores que los estás ahuyentando en vez de acercarlos a Dios?

Jesús ya lo dijo hace muchos años atrás, los sanos no tienen necesidad de médicos.

Te desafío a que cada día aprendamos a ser más como Jesús.