Vivir renovado: Como madre solteraMuestra

Perdón

Aunque es la base de nuestra fe como seguidores de Cristo, pienso que Jesús sabía que lucharíamos con perdonar. Nos parecemos más a Cristo cuando perdonamos a otros, pues muchas veces requiere que rindamos nuestros sentimientos y elijamos Su voluntad sobre la nuestra. Cristo fue, es y será el mayor perdonador.

A pesar de saber todo esto, estuve renuente cuando se trató de perdonar al papá de mis hijos por terminar con nuestro matrimonio y abandonar nuestra familia. Aunque decía que lo había perdonado, mi corazón estaba lleno de odio y repleto de amargura. No podía encontrar nada amable para decir sobre él, pero tenía un cuaderno completo lleno de insultos y ofensas. Estaba a la defensiva en cada conversación con él y esperando una pelea. No es de extrañarse que eso era lo que usualmente obtenía.

 Sentía que me debía algo, pero sin importar cuán justificada me sentía por mi dolor y enojo, me sentía miserable. Era una batalla sin fin que perdía todos los días. Mi misión por herirlo solo me dañaba a mí.

Cuando finalmente invité a Dios a tomar mi dolor, comencé a entender que se llama perdonar porque es per donar lo a Dios. Darme cuenta de esto me ayudó a ver que al perdonar a mi ex esposo, no estaba aprobando su conducta ni me estaba dejando pisotear. Estaba reconociendo 1) quién es Dios y que no soy Él, y 2) que Jesús no nos sugirió perdonar a otros, nos lo ordena.

 Sea quien sea a quien debas perdonar—el cónyuge que se fue, la persona que dijo que ayudaría y no lo hizo, o incluso a ti misma—este es el momento. Dios anhela hacer algo nuevo en tu vida y dejar ir el dolor, enojo y la amargura es un paso importante. La libertad y el gozo esperan al otro lado del perdón.  

Jesús, gracias por Tu perdón y Tu gracia. Me diste el ejemplo al perdonar todos mis pecados para que pudiera tener una relación Contigo. Estoy herida y me cuesta perdonar. Abre mi corazón para perdonar libremente y tener gracia para otros mientras recibo Tu sublime gracia. Ayúdame a confiar más en Ti y descansar al saber que eres justo, incluso cuando la vida sea injusta. Te amo, Jesús. Amen.