Jesús Cordero De DiosMuestra
Miércoles: Cordero de Dios
Siempre he pensado que nadie puede (por más que quiera) tomar así por así la enfermedad o el dolor de otro para evitarle el sufrimiento. Puedes tomar mi carro, o incluso, contagiarme tu gripe, pero cuando hablamos de dolores o sufrimientos mayores, es imposible. Todos tenemos que lidiar con algún dolor en nuestro cuerpo que es solo nuestro.
Pero, la buena noticia es que hay un sufrimiento que sí es transferible: el sufrimiento en tu alma causado por el pecado. Cristo lo lleva por ti. No solo lo llevará, Él te lo quitará completamente de tu cuerpo. Los teólogos llaman a este acto “expiación por sustitución”. En términos más sencillos: “amor santo”.
Pero el amor santo es lo que no conocían en Jerusalén cuando celebraban cada año la tan esperada Pascua o Pésaj. Una fiesta de 7 días con la que los judíos conmemoraban la liberación de su pueblo de la esclavitud egipcia, sacrificando al cordero “más puro y sin defectos” que pudieran encontrar. El sumo sacerdote ofrecía al animal como ofrenda a Dios para que perdonara sus pecados y los del pueblo.
Para entender el poco impacto que esta tradición empezaría a tener después del nacimiento del hijo de Dios, tenemos que ver a Jesús como lo que realmente es: el único Cordero puro y sin mancha de Dios. Mientras uno de los corderos iba a continuar quitando los pecados únicamente por un año, Jesús lo haría por toda la eternidad. Pero, ya te imaginas cuál prefirieron los judíos.
Sin embargo, quien entendió quién era el verdadero Cordero de Dios fue María, una mujer desconocida que entró a una cena entre los discípulos de Jesús para derramarle a Él un perfume “de mucho valor” sobre su cabeza para ungirlo.
Los discípulos cuestionaron la razón por la que María echó un perfume “tan caro” que pudo haber vendido y cuyas ganancias pudo repartir entre los pobres. Estaban preocupados por lo externo, por lo pasajero, como muchas personas hoy en día, preocupadas por el dinero, la fama, el poder, casa, trabajo, etc. Aunque todas ellas permanecerán en este mundo, no son las más importantes. Por supuesto, uno de los discípulos que menos había entendido esto era Judas Iscariote que esa misma noche vendió a Jesús por un par de monedas.
Te invito a que medites si en lo que estás centrando tu atención son cosas que realmente son importante para Dios y que te ayudan a mantener una relación más cercana con Él.
Acerca de este Plan
Jesús. Cinco letras. Una cruz. Tres clavos. Vivimos porque Él vive, tenemos esperanza porque Él obra, y somos importantes porque Él es importante. Si ya conoces de este Jesús del que te hablo, ¡en hora buena! Si todavía no, apresúrate a leer este maravilloso devocional de ocho días sobre la última semana de Jesús en la tierra y el regalo a la humanidad a través de un Cordero sin mancha.
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Nos gustaría agradecer a Pastor Erick Zaldaña por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite:http://erickzaldana.org/