Mujer... Llamada Al MinisterioMuestra
La Mujer en el Hogar
Dios nunca le dijo al hombre, tú serás la cabeza. Esto sucedió luego, por causa del pecado de Eva. Esta es una consecuencia espiritual por el pecado.
Según Efesios 5:21-33, la mujer casada debe estar sujeta a su marido, así como la Iglesia lo está a Cristo. Esta sujeción es voluntaria, de la misma forma que la Iglesia se sujeta a Cristo voluntariamente. El hombre no debería estar tratando de que su mujer se someta; esa es responsabilidad de la mujer. La mujer fracasó en el jardín del Edén, porque quiso ser como Dios; la mujer fracasa en el hogar porque quiere ser como el hombre, en cuanto a fuerza, autoridad y provisión.
Dios manda a que la mujer se someta al esposo, el esposo no manda a que la mujer se someta a él. Por lo cual, no se trata en ninguna manera de una mujer sometida a la fuerza. La sujeción de las esposas creyentes a sus maridos es la voluntad de Dios. Por tanto, la esposa debe estar inclinada primeramente a la obediencia a Dios y luego a seguir el liderazgo de su esposo en el hogar y reconocer su autoridad. Sujetarse al esposo es una disposición voluntaria que sale de un corazón regenerado por el Espíritu Santo y rendido totalmente a Dios.
1 Corintios 11:3 Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.
Entienda lo siguiente… Siendo Dios la cabeza de Cristo y siendo la Iglesia el cuerpo de Cristo. Esta sujeción de la mujer casada está destinada al hogar y no a los asuntos que respectan a la comunidad de fe o Iglesia. Y es de notar que esta sujeción es para las mujeres casadas; lo que también excluye a toda mujer soltera o no casada.
Además, no significa que la esposa cierre los ojos y diga amén a todo lo que diga su esposo en el hogar, sino que será su ayuda idónea en la toma de decisiones en el hogar; pero quien tome la decisión final, será el varón. La mujer no debe de ninguna manera tolerar el pecado del esposo. En tal caso, es llamada a corregirle como hermana en la fe y no de forma pública, para evitar faltar el respeto a su marido como también es demandado a ella en la Palabra de Dios.
Si alguna vez un esposo le pide algo a su esposa, y la esposa sabe que tal petición contradice la voluntad de Dios revelada en la Biblia, la mujer tiene el derecho y la obligación de desobedecer a su esposo. “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.” (Hechos 5:29)
Es decir, cuando un marido desea que su esposa haga algo que no es bíblico, ella está obligada a obedecer al Señor antes que a su esposo. Una mujer que se somete a su esposo es una bendición para él, para sus hijos, para su hogar. Una mujer influyente no es la que tiene alguna posición social o alguna carrera profesional o un buen trabajo; es aquella que, estando sometida, promueve la felicidad y el amor familiar.
Otro aspecto de la sujeción es que la mujer que se somete a su esposo, no lo hace porque el esposo se lo merezca, sino porque es un derecho otorgado por Dios. La casada se somete a su esposo porque sabe que eso le agrada a Dios, ya que es un mandamiento revelado en la Palabra de Dios. Es la voluntad de Dios que la mujer cristiana se someta a su esposo.
Acerca de este Plan
La mujer ha sido relegada a un plano secundario por la sociedad y menospreciada aún por sí misma. En algunas culturas, es considerada como un objeto y colocada en una posición inferior al hombre, inclusive dentro de los círculos cristianos. Pero; ¿es esto lo que dice la Palabra de Dios con respecto a ella? La Pastora Glenda Liz Amador te invita a descubrirlo a través de este plan de estudio.
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Nos gustaría agradecer a Iglesia Tabernáculo de Evangelización por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.iglesiatde.today/misletras-blog