Ya Nadie Se Arrodilla Para Orar | La Postura De La OraciónMuestra

Cuando nos arrodillamos con Dios en la oración, nos humillamos con nuestra misma postura. Cuando nos arrodillamos, el orgullo desaparece. Él es omnisciente, cuando nosotros no lo somos. Él es todopoderoso, cuando nosotros no lo somos.  No podemos ver nuestras vidas como propias, sino como un sacrificio vivo. Muchos ven la religión a través del lente de las buenas obras y ponen la fe en su propia capacidad de ser y hacer el bien. Este camino con Cristo no depende de nuestra bondad, sino de su bondad y gracia demostrada hacia nosotros. Podemos intentar ser buenos con nuestras propias fuerzas, pero nos quedaremos cortos. Si estamos dispuestos a llevar humildemente toda nuestra vida ante Él, tenemos la oportunidad de entrar en la vida real. Podemos poner nuestra mente para ganar comprensión y caminar en humildad ante Dios, sabiendo que nuestras oraciones son escuchadas y que Dios responderá.  

PREGUNTAS 

¿Dónde necesitas acercarte a Dios con humildad, ofreciéndole toda tu vida?