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Escrito por Alex, 14 años, de Milledgeville, Georgia, EE. UU. 

Mi nombre es Alex y quiero hablar sobre cómo podemos ayudar a otras personas a que se dirijan hacia el amor y las buenas obras. Me hace pensar en una conversación que tuvimos mi abuelo y yo con mi primo. Mi primo creció sin creer en Jesús, así que queríamos hablarle de Él. Ese día estuvimos hablando de los atletas y de quiénes habían cambiado más su deporte. Luego, hablamos sobre quién cambió más el mundo. Mi abuelo dijo Jesús. Sorprendentemente, mi primo escuchó con mucho interés. Fue en ese momento que sentí que Dios quería que animara a mi primo diciéndole más acerca de cuánto nos ama Jesús. Así que ¡lo hice! Fue esa conversación la que cambió las cosas para mi primo. Fue entonces cuando empezó a seguir a Jesús. ¡Me alegro mucho de haber podido ser parte del estímulo para que aprenda más sobre Jesús y lo mucho que nos ama a cada uno de nosotros! 

Piensa en una persona de tu vida a la que puedas animar o con quien puedas compartir el amor de Jesús esta semana.