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 Escrito por Cherish, 17 años, de Charlotte, Carolina del Norte, EE. UU. 

 Seamos completamente honestos. Servir no siempre es divertido. Puede ser difícil e ingrato. Si estás sirviendo en la iglesia, la mayoría de las veces te levantas temprano, debes estar de pie por mucho tiempo, y algunos días tienes que actuar feliz, aunque no te sientas así. Aunque servir no siempre es agradable, suele haber una buena razón para hacerlo. Piensa en quién fue el que te habló de Jesús. Tal vez fue un líder de un grupo pequeño o un entrenador. A veces incluso los amigos pueden llevarnos a seguir a Jesús. Quienquiera que haya sido, usó lo que tenía para servir a Dios y eso te conectó con Él. Ahora, Dios quiere usarte para alcanzar a otras personas. Cuando servimos a los demás, independientemente de si es divertido o difícil, si es temprano o por la tarde, si es conveniente o si el sacrificio es grande, estamos mostrando la bondad de Dios a los demás. Servir les da a las personas un ejemplo real del amor de Dios por ellas. 

Así que la próxima vez que tengas la tentación de no servir, recuerda que lo haces para mostrar a los demás el cuidado y el amor de Dios.