El Evangelio vs La ReligiosidadMuestra

Fuimos creados en amor y con la capacidad de dar amor, hay un propósito eterno en nosotros. Somos instrumentos en manos de Dios para llevar su palabra, para anunciar y proclamar su grandeza.

Pero debemos tener cuidado y estar alertas. Hay una delgada línea que se puede cruzar con un solo paso y es la que nos lleva de ser hijos de Dios a pasar a ser religiosos, a movernos en un espíritu de religiosidad, o ser señalados por la religiosidad. 

Jesús conocía lo nocivo de la religiosidad y les habló a sus discípulos al respecto: la religión lleva a batallar al creyente diariamente horas y horas con el enemigo, le roba el tiempo en sus oraciones para adorar y exaltar a Dios, para agradecerle y quebrantar su corazón ante su presencia. 

Cuando la palabra nos llama a luz, dice que hay uno que pelea por nosotros, nos enseña que es el Señor quien reprende al enemigo y que si vivimos conforme a su palabra estamos seguros y guardados (no exentos de pruebas y procesos). También, la Palabra nos enseña que pasaremos tribulaciones pero que éstas serán momentáneas, es decir, toda prueba tiene una fecha de caducidad.

Es una promesa, recíbela y declárala ahora.