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Semana 4- Día 4

Lectura: Marcos  11:1–14 

DEVOCIONAL: Marcos  11:9–10 NBLA

Los que iban delante y los que lo seguían, gritaban: «¡Hosanna! Bendito el que viene en el nombre del Señor; Bendito el reino de nuestro padre David que viene; ¡Hosanna en las alturas!».

Cuando Jesús entró a Jerusalén montando un pollino, la gente lo alababa. Sus alabanzas eran gritos de liberación de los opresores. Lo que gritaron fue una cita del Salmo 118, uno de los Salmos Hallel, canciones cantadas durante la celebración de la Pascua para recordarle al pueblo de Dios su liberación de la esclavitud en Egipto. Hosanna proviene de la palabra hebrea yasha que significa ser liberado, salvo o entregado.

La gente reconoció a Jesús como su Salvador, pero no entendieron completamente Su propósito. Creían que Jesús derrocaría a sus opresores y los salvaría del sufrimiento. Esperaban que Él asumiera el cargo de rey de Israel. Querían libertad política como la recibieron cuando Dios los liberó de la esclavitud de los egipcios.

Aunque la multitud se volvió contra Él apenas unos días después, eso no frustró Sus propósitos. Jesús estableció un nuevo reino. Él trajo la libertad de la opresión. Mediante Su muerte y resurrección, nos salvó de la esclavitud del pecado. Cuando Jesús regrese, establecerá Su reino en la tierra. Podemos gritar "¡Hosanna!" hoy, porque Él nos ha dado libertad.

Oración

Señor Jesús, Tú eres el único y verdadero Salvador. Te alabo por la obra que has hecho para liberarme del pecado. ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Amén!