Tres VocesMuestra

Justicia y Misericordia

Cuando Dios y el hombre conversaron, fue directo, fue crudo. Pero fue necesario. 

La Biblia explica que sin santidad nadie verá a Dios y que Dios es justo. Así que nadie pecaminoso podrá heredar el reino de los cielos. Dios no puede pasar por alto el pecado. Así que Dios castigó a Adán y Eva. 

Pero junto con el castigo Dios les dio una esperanza. La esperanza de la simiente de la mujer. Un descendiente de madre humana, pero de origen divino, y que, aunque herido brevemente en el calcañar, finalmente derrotaría por completo a la simiente de la Serpiente, aplastándola en la cabeza . ¿Su nombre? Jesús.

En el capítulo 3 de Génesis aparece por primera vez la promesa de una esperanza futura. Lo que los teólogos describen como proto-evangelio. ¡El primer anuncio del Plan de Salvación Eterna!

El capítulo terminaría con la voz del Señor pronunciando castigo para Adán y Eva, pero, así como Dios es totalmente justo, también es totalmente bueno. Él no alivianó el pecado, pero tampoco alivianaría su gracia. Así que aun cuando su castigo fue un acto de justicia, también fue un acto de misericordia. 

Dios les dejó cargar con todo el peso de las consecuencias, pero también los rescató de seguir comiendo del árbol de la vida y así vivir para siempre en un estado de muerte eterna.

La lección es clara: Dios espera con los brazos abiertos, pero ¿Cómo responderás a Su llamado?

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