Hábitos de santidadMuestra
¡Pide Perdón!
¿Alguna vez te pelastes o le hiciste algo malo a tu hermano o amigo, y tu mamá exigió que le pidieras perdón? En realidad no te sientes mal por lo que pasó, pero ¡aún así le pides perdón con tremendo sarcasmo y girando los ojos! Aunque tu mamá tenía buenas intenciones en todo ese proceso, no te confundas y pienses que en realidad te arrepentiste.
El arrepentimiento se puede explicar como un giro de 180 grados; como si caminaras en una dirección y luego das media vuelta en la direccion opuesta. Este significado describe una acción intencional, la cual es súper importante, pero no es algo de una sola vez.
El arrepentimiento es algo más profundo que el sentirse mal por haber hecho algo malo; o que pedir perdón cuando hieres a alguien. El arrepentimiento podría comenzar con esas cosas, pero no para con esas cosas. El arrepentimiento es un cambio en dirección radical. No solo giramos nuestro corazón a la dirección de Dios, pero también colocamos nuestras acciones en la dirección de Dios.
David, el rey mas famoso de Israel, le llamaron“un hombre conforme al corazón de Dios.” Y de esta manera es que lo recuerdan, apesar que ¡desvergonzadamente cometió adulterio y asesinato! ¿Cómo es esto posible? Porque David practicaba arrepentimiento. Él era un hombre conocido por moverse en la dirección de Dios. Él vivia este hábito. Entonces, ¿que podemos aprender de él, sus errores, y sus oraciones?
Primero, vemos que arrepentimiento implica admitir que nos equivocamos:
Contra ti he pecado, solo contra ti, y he hecho lo que es malo ante tus ojos, por eso, tu sentencia es justa, y tu juicio, irreprochable. Salmo 51:4 NVI
El arrepentimiento requiere que tomemos responsabilidad cuando cometemos errores; pero no es solo pretender que nos sentimos mal por lo sucedido para hacer a otra persona feliz. Debemos reconocer el costo y pedir perdón. Otra vez, David nos demuetra:
No me alejes de tu presencia ni me quites tu santo Espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación; que un espíritu obediente me sostenga. Salmo 51:11-12 NVI
David entendió las consecuencias de sus desiciones; él puso en peligro su relación íntima con Dios porque escogió seguir sus propios deseos. Pero mas allá de reconocer su error, David le ruega a Dios que lo restaure, y que sane su relación con Él. Al comprometerse a hacer las cosas mejor, David le pide ayuda a Dios para poder mantener la fuerza para seguir hacia adelante. Y así es como se ve su compromiso:
Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos. Fíjate si voy por mal camino, y guíame por el camino eterno. Salmo 139:23-24 NVI
El compromiso de David para ser mejor requería consistencia y vulnerabilidad. Continuamente él se humillaba ante Dios, permitiendo que Dios le dejara saber cualquier cosa que fuera inconsistente con su cambio radical en dirección. Y este proceso—el admitir que nos equivocamos, el pedir perdón, y el compromiso a ser mejor— es como se ve el verdadero arrepentimiento.
Hábito 3: Practica arrepentimiento. Toma el ejemplo de David y comienza a orar el Salmo 139:23-24 diariamente. Ora o escríbe al final de tu día, y permite que Dios te enseñe si hay algo ofensivo dentro de ti, algo que no es puro, algo que está estorbando y no te deja vivir en santidad como Dios lo requiere. Mas adelante veras que el practicar arrepentimiento en las cosas pequeñas, hace mas fácil practicar arrepentimiento en las cosas mas grandes. Toma mucha vulnerabilidad, pero te guía a una intimidad mayor en tu relación con Dios, y a mejores relaciones significativas con otras personas.
Escrituras
Acerca de este Plan
Como seguidores de Jesús, estamos llamados a vivir como personas santas para representar a nuestro Dios Santo. La santidad no es un destino mágico al que tenemos que llegar, sino la identidad de la que partimos para vivir. En este Plan bíblico, veremos algunos de los hábitos que podemos implementar para ayudarnos a caminar en santidad en nuestras relaciones personales y virtuales.
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