Ora Como JesúsMuestra
Orando al Padre a través del Hijo por el Espíritu
En Lucas 11:1 los discípulos le dicen a Jesús: «Señor, enséñanos a orar», y Jesús responde en Lucas 11:13, «Si tú, que eres malvado, sabes dar buenos regalos a tus hijos, ¿Cuánto más dará el Padre celestial el Espíritu Santo a quienes se lo pidan?».
La respuesta de Jesús a la petición «Enséñanos a orar» se trata de recibir el don del Espíritu Santo, porque mientras la oración trinitaria está dirigida al Padre, está empoderada por el Espíritu Santo.
El Espíritu Santo realmente nos enseña cómo orar y Jesús mismo oró por el Espíritu en Lucas 10:21-22. Esta oración de Jesús se describe como «regocijarse en el Espíritu Santo», lo que indica que la oración del Hijo al Padre se lleva a cabo en el poder gozoso del Espíritu Santo. Esta es una hermosa descripción de la oración adoradora que nos muestra cómo el Espíritu nos da poder para orar.
En Marcos 14:36, Jesús ora: «Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti. Pasa de mi esta copa. Sin embargo, no sea mi voluntad, sino la tuya».
Esta oración nos muestra tanto la intimidad relacional de Jesús con Dios (llamándolo «Abba», que significa algo parecido a «Papá») y su sumisión a la autoridad y voluntad del Padre. En este ejemplo aprendemos dos cosas: la oración al Padre siempre debe ser respetuosa pero no necesariamente formal.
Algunos de nosotros somos demasiado serios con nuestras oraciones. No quiero decir que la oración no sea un asunto serio. Solo quiero decir que podemos pensar erróneamente que si oramos de ciertas maneras y con cierta manera de hablar, Dios estará más inclinado a escucharnos. Pero Dios es nuestro Abba Padre, nuestro Papá. Quiere escucharnos, respondernos y ayudarnos. Al igual que cualquier otro padre amoroso, Él no requiere rituales más formalizados.
Soy padre de cinco hijos. Cuando quieren ir a nadar, no se me acercan y me dicen: «Excelentísimo Padre, le suplico que nade conmigo por vuestra profunda misericordia». Solo dicen: «Papá, ¿quieres nadar?» No tienen que estar indecisos, no tienen que dar un discurso de quince minutos, no tienen que estar tensos. Saben que los amo y que tienen la libertad de pedirme cosas.
También debemos recordar que la oración no es decirle a Dios algo que él aún no sabe. ¡No puedes sorprender a Dios! Mis hijos a menudo me dicen cosas que yo ya sé, pero el hablarme se trata de platicar conmigo, experimentar una intimidad relacional conmigo. Se trata de la experiencia de amarlos, servirlos, ayudarlos, instruirlos, cuidarlos. La conversación es clave para todas las relaciones.
Cuando tengas un problema o una inquietud, llévaselo al Padre y háblalo con Él, tal como lo hizo Jesús.
1 Timoteo 2:5 nos informa que «hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre». Entonces, cuando oramos al Padre, estamos orando por y en el poder del Espíritu que vive en nosotros, y estamos orando a través del poder de Jesucristo que vive por nosotros.
Mientras buscamos orar a través del Hijo, debemos buscar orar como lo hizo el Hijo. Una cosa que notamos al ver los Evangelios en busca de ejemplos de oración de Jesús es que no dedicó exactamente una gran cantidad de tiempo a la enseñanza directa sobre la oración. Más bien, encontramos que la dirección de Jesús sobre la oración está entretejida a lo largo de su vida y enseñanza. Sus oraciones y sus enseñanzas sobre la oración son parte del tejido del día a día en su vida y ministerio.
Jesús encarna a la perfección el mandamiento de 1 Tesalonicenses 5:17: «oren sin cesar». Orar sin cesar significa que no tenemos que ponernos nuestra túnica Jedi de tela de arpillera, escalar una montaña alta, ponernos en posición de loto de meditación, beber té oolong descafeinado y decir «Om». No tenemos que hacer eso.
Orar como Jesús significa vivir una vida de oración, donde la oración es un hábito constante y recurrente como respirar, en nuestra vida vivida en el Espíritu. Así que nos levantamos de la cama y oramos. Desayunamos y oramos. Nos bañamos y oramos. Subimos al auto y oramos. Vamos a trabajar y oramos. Vamos de compras y oramos. Estudiamos y oramos. Limpiamos la cochera y oramos. Todos los días y en todas las facetas de nuestro día, tenemos el gran privilegio de poder hablar con nuestro Padre.
Reflexión:
1. Pasa un tiempo en oración en este día, y antes de hacerlo invita al Espíritu Santo a ayudarte a aprender como orar a Dios como Padre desde tu corazón, agradeciendo a Jesús por interceder por ti para llevar tus oraciones al Padre.
2. Piensa en un buen padre que conozcas, y cómo es que ellos interactúan y conversan con sus hijos. ¿Qué puedes aprender de ellos sobre el conversar con tu Padre a través de la oración?
Acerca de este Plan
Ora Como Jesús, es un viaje Bíblico de 21 días diseñado para explicar cómo la oración habla a tu Padre Celestial, a través de las enseñanzas y vida de oración de Jesús. Como Jesús explora qué es la oración, quién es Dios Padre, cómo debemos orar, por qué debemos orar y cuándo y dónde debemos orar. Con pasos prácticos para construir una vida de oración como la de Jesús.
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Nos gustaría agradecer a Mark Driscoll por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://realfaith.com