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 La tentación a veces puede parecer una trampa. Se siente como si estuviéramos solos, sin salida. Pero en su carta a los corintios, Pablo nos recuerda que no somos los primeros en sentirnos tentados. Tal vez los corintios nunca supieron lo que era ser tentado por cosas que vieron en un teléfono inteligente o lo que encontraron en las redes sociales, pero sabían exactamente lo que era ser tentado por algo que sabían que no era lo mejor para ellos o por estar con personas que sabían que no los ayudaban a tomar las mejores decisiones. Pese a la soledad que puedas sentir al estar atrapado en la tentación, es importante recordar que en realidad no estás solo. No eres el primero en sentir esto, no serás el último en sentirlo, y siempre hay una salida. El camino puede no ser fácil, pero con Dios, el camino está ahí. Piensa en alguien en quien confíes a quien puedas llamar o enviar mensajes de texto cuando sientas que la tentación está ganándote. Comprométete a buscar ayuda cuando te sientas tentado esta semana.