La Esperanza NacióMuestra
Día 3
Mi más grande esperanza es la salvación
La noche que Jesús nació, un ángel le apareció unos pastores, y les declaró que traía un mensaje que traería gran alegría a todos; ese mensaje era que el Mesías Salvador había nacido en Belén. Reflexiona en las palabras usadas por el ángel, Dios no envió al ángel a anunciar prosperidad o una vida sin problemas, Dios lo envió a anunciar alegría por la promesa cumplida del Mesías, porque él sería también el Salvador. Esta Navidad nuestro mayor motivo de gozo y celebración es la salvación que Cristo Jesús nos dio. ¡Nuestro Salvador nació!
En el libro de Lucas leemos las primeras palabras que Zacarías, padre de Juan el Bautista, expresó nueve meses después de haber quedado mudo, sorprendentemente en vez de decir algo sobre el milagroso nacimiento de su propio hijo (él y su esposa eran ancianos), bendijo a Dios por la redención que traería a su pueblo a través del Salvador. Hoy podemos unirnos a la declaración de Isaías y declarar llenos de su Espíritu: ¡Bendito sea mi Dios, quien visitó y redimió a mi familia y nación, y nos levantó un poderoso Salvador! Tenemos por sumo gozo que Cristo vino a darnos acceso al Padre, a la vida eterna y a su reino por la razón tan sencilla pero poderosa que confiesa Efesios 2: era precisamente lo que quería hacer y le dio gran gusto hacerlo.
Ahora llevemos esta hermosa e impactante verdad eterna a nuestra vida práctica. En nuestro día a día -sobre todo en este año 2020- enfrentamos dificultades y sufrimientos, pero como leemos en Romanos 5, por ellas Dios nos permite afirmar nuestro carácter para fortalecer nuestra esperanza de salvación. Así que, podríamos decir que nuestras dificultades no son para enfocarnos en nosotros mismos, son para dirigirnos a una esperanza segura de salvación. Cada una de nuestras dificultades nos regalan oportunidades de conocer a Jesús como nuestro Salvador en niveles que antes no conocíamos.
Oración:
Dios, gracias por el regalo inmerecido de la salvación, declaro y confieso que solo a través de Jesucristo pude tener acceso a ella, hoy decido cubrirme de gozo porque Jesús me dio una esperanza segura de salvación. Gracias por enviar a Jesús a esta tierra. En el nombre de Jesús, amén.
Acerca de este Plan
Nuestra esperanza no es ciega ni carece de fundamento pues está cimentada en el amor de Dios, expresado a través de Jesús. En este devocional meditaremos sobre el regalo de la esperanza que no depende de las circunstancias, y que encontramos en Jesús: la promesa cumplida de paz, esperanza y descanso.
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Nos gustaría agradecer a Mas Vida México por brindar este plan. Para más información visite: https://masvida.org/