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EL BÚNKER

Principio 6

“Quien ya estuvo a los pies de Jesús cuando todo estaba bien, sabe que ese es un lugar seguro en el día de la aflicción”

Existen dos tipos de oraciones: las que captan las manos de Jesús y las que atrapan su corazón. 

Es egoísta la vida de oración que solo se enfoca en sus propias necesidades y nunca voltea a preguntar a Jesús: “Señor, ¿Qué hay en tu corazón? Señor, ¿Qué cosas quebrantan tu corazón?”

El versículo de Juan 11:32 es conmovedor, es el más corto de la Biblia y nos muestra a Jesús llorando. Esto debería producir algo en nosotros. Él llora, nuestro amado tiene sentimientos. Precisamente en los evangelios vemos varios sentimientos de Jesús. En Juan 4 dice que se cansó del camino, en el Getsemaní lo vemos triste, en Lucas 22:15 lo vemos alegre ante el deseo cumplido de cenar con sus amigos. 

Te propongo que puedas comenzar tu oración diciendo: “Jesús, ¿Cómo estás hoy?, ¿Qué sientes? ¿Cómo te encuentras? ¿Qué cosas están quebrantando tu corazón? Tú sabes que puedes contar conmigo.” 

Este tipo de oración atrapa su corazón, porque está centrada en Él y no en nosotros. No es que no podemos orar por nuestros “asuntos personales”, sino que debemos ampliar el panorama orando por lo que está en el corazón de Dios.

Consejos prácticos: 

1- Busca un momento en el día, y anímate a derramar tu corazón en admiración por Jesús, que ese sea tu perfume. Mientras lo contemplas, anímate a decirle: “Cuéntame qué tienes en tu corazón, platícame de tus sueños, platícame de tus deseos, dime cómo puedo ayudarte en lo que deseas hacer”. 

2- Dios no iba a hacer algo en Sodoma y Gomorra sin antes platicarle a Abraham, su amigo, lo que quería hacer. ¿Qué cosas Dios quiere hacer en tu ciudad? Pregúntale, tómate un tiempo para hablar con Él sobre eso. 

Menny Escobar