Fin De Semana De ReencuentroMuestra

Pasa del miedo a la fe

El acto más maravilloso de Dios es que Jesucristo vino y murió en la Pascua Judía para ser la sangre del cordero en los dinteles de nuestro corazón, para que podamos tener una relación personal con Cristo y confiemos en él como nuestro Salvador. Cuando hacemos esto, Dios envía a su Espíritu Santo a vivir en nosotros. El habita dentro nuestro para que podamos hablar acerca de las maravillas de Dios en nuestras vidas en todo lugar donde vayamos. Para que podamos dar testimonio de que la sangre de Cristo nos ha perdonado, y su Espíritu vive en nosotros. Necesitamos pedirle al Señor que nos llene cada día mientras declaramos sus maravillas en el idioma del corazón de aquellos que quieran oírnos. 

¿Qué idioma necesita escuchar tu corazón en este momento? El mundo está atravesando momentos de mucha dificultad. Muchas personas están perdiendo sus trabajos, su salud, sus familias, algunas personas se sienten realmente solas. Tal vez estemos atravesando momentos realmente difíciles. ¿Necesitas escuchar que el miedo se tiene que transformar en fe? ¿Son tus miedos tan grandes que estas recurriendo a todas las cosas equivocadas para calmarlos? Como esperar que la ciencia encuentre la cura de determinada enfermedad para que puedas tener un poco de paz mental; o esperar que el gobierno haga algo acerca de todos los trabajos que se están perdiendo para que puedas sentirte seguro de que no perderás el tuyo. Si hacemos eso, esperar por el próximo descubrimiento científico, la próxima decisión que tome el gobierno, la próxima cosa, nos perderemos de lo que realmente importa. Es Jesucristo quien tiene que calmar nuestros miedos. Dios tiene nuestra vida en sus manos. Necesitamos pasar del miedo a la fe.

Necesitamos darle a Dios el control total de nuestros miedos, cansancio, estrés y ansiedad. Isaías 41:10 dice: «No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios
que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia». Aquí Dios nos está hablando en el idioma de nuestro corazón cuando el miedo y cansancio nos paralizan. Quiero animarte a que hoy puedas llevar tus miedos y ansiedades al Señor en oración, y que confíes en él.