Sendero De Esperanza a Través De Los SalmosMuestra
La adoración a Dios en los años tardíos
“Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre. Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios” Salmo 103:1-2 NVI.
Querido(a) lector(a), no se sabe con exactitud a que periodo de la vida de David se refiere este salmo; pero lo que sí sabemos es que David experimentó la gracia y la liberación de Dios en muchos momentos de su vida y, como resultado, la adoración a Dios fue su máxima celebración y su más santa devoción.
Para David, la alabanza a Dios fluía de forma automática día tras día, hora tras hora. Ni siquiera los momentos más oscuros de su vida lograron dañar la melodía de su corazón, tan solo eran las notas bajas y los silencios en sus notas musicales.
Yo soy de los que creen que David escribió este salmo en los años tardíos, en los años donde “peinaba canas”, lo creo así porque en este salmo David se ve más pausado, más profundo, “introspectivo”, como dirían algunos.
En sus palabras, David refleja un profundo conocimiento del perdón, la misericordia y la justicia de Dios, producto de la reflexión sobre la gracia que Dios le otorgó debido a sus pecados en los días de su juventud. Su claro sentido de la fragilidad de la vida, del sufrimiento, de las dolencias del alma, de las victorias ganadas y las derrotas sufridas, le llevan a recordarse así mismo que todo él, por siempre deberá adorar a Dios.
En el patrón de la poesía hebrea, David usa la repetición para crear un énfasis de gratitud, devoción y adoración, por los beneficios, favores y misericordias que ha recibido de parte de Dios como muestra de su amor por él.
No sé tú, querido(a) amigo(a), pero, aunque la vida se vuelva ajetreada, estresante, o simplemente cuando vemos que pasan los años como “hojas que se lleva el viento”, siempre habrá razones suficientes para recordarnos a nosotros mismos cuán bueno, misericordioso, amoroso y clemente ha sido nuestro Padre Celestial con cada uno de nosotros.
Si te fijas bien, siempre habrá un motivo, un recuerdo, una gracia, un pecado perdonado, una misericordia recibida, una herida sanada, una provisión recibida, una oración contestada, que nos motiven a nosotros mismos al igual que al salmista a alabar, honrar y bendecir a Dios, Su carácter siempre será lo suficientemente digno de ser alabado.
Escrituras
Acerca de este Plan
Como en un espejo, los salmos reflejan las más oscuras emociones del ser humano, en ellos se evidencian las alegrías y las tristezas del hombre, al igual que nuestras esperanzas, nuestros dolores y conflictos, que parecen escritos en nuestros días y para nuestro presente caminar. Pero también se evidencian el inquebrantable amor y compromiso de Dios por su creación, por su pueblo y por sus hijos.
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Nos gustaría agradecer a Conociendo a Dios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://conectar.conociendoadios.net