Crucemos Al Otro LadoMuestra

Antes de subir a la barca con los discípulos, Jesús vio que se acercaba la tormenta y de todos modos subió a la barca. Lo mismo ocurre con las tormentas que estamos enfrentando actualmente en nuestras propias vidas. Jesús vio venir esas tormentas y eligió aceptarlas con nosotros. No dijo que la vida sería fácil, pero prometió que estaría con nosotros a través de los desafíos. Se metió en la tormenta con los discípulos, y también vio más allá de ella. De la misma manera, él ve a través de nuestras tormentas y ve la esperanza en nuestro futuro. Esta esperanza a la que podemos aferrarnos no depende de nuestras circunstancias, sino de la palabra firme de Dios. Cuando la tormenta es fuerte y todo parece ir mal, podemos aferrarnos a la paz que se encuentra en Jesús porque él es el Dios de la paz. Esta paz no es la ausencia de algo malo, sino la presencia de algo, y alguien, bueno: Jesús. Incluso en medio de las temporadas más difíciles, podemos tener paz porque Jesús está con nosotros. En medio del desafío, Jesús le habló a la tormenta. Desafió el problema aferrándose a la fidelidad de Dios y hablando con fe. Jesús está en la barca y ve el otro lado; aférrate a él y la tormenta se disipará. 

Preguntas  

¿Has estado activamente hablando palabras de fe sobre tus desafíos? 

¿Hay alguien en tu vida que está actualmente pasando por una temporada difícil? 

¿A quien puedes animar para ¨cruzar al otro lado¨?