Pacto EternoMuestra

Semana 4 - Día 5 

Lectura: Lucas 2:1-21

DEVOCIONAL: Lucas 2:10-11

Pero el ángel les dijo: «No teman, porque les traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo; porque les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.»

En el Texto

Hay algunas formas bastante creativas en las que la gente anuncia el nacimiento de sus bebés, pero nada supera el anuncio del nacimiento de Jesús. Un ángel se apareció a unos pastores para anunciarles que la Salvación había nacido. ¡El Hijo de Dios está aquí!

Entonces, un enorme coro de ángeles irrumpe en cánticos alabando a Dios. Ese es un anuncio de nacimiento asombroso, único en su tipo. El largo tiempo de espera había llegado a su fin. Se habían cumplido todas las promesas hechas por Dios acerca de la venida de alguien que restauraría a la humanidad, que arreglaría las cosas, que redimiría el quebrantamiento. Este Adviento ha terminado. Jesús está aquí.

Es fácil acostumbrarse tanto a la historia del nacimiento de Jesús que ya no nos conmueve. Si miramos cómo Dios trabajó meticulosamente desde el tiempo de la desobediencia de Adán y Eva, a través de Abraham, Moisés, Noé, Isaías y muchos otros para llevarnos a ese pequeño establo en Belén, donde una pareja joven y común dio la bienvenida al Hijo de Dios en sus brazos, tal vez ayude a movernos a la alabanza y la acción de gracias.

Somos salvas porque Dios hizo promesas y las cumplió. Podemos tener esperanza porque este bebé creció, vivió una vida perfecta, fue traicionado y sufrió una muerte horrible por nosotras. Pero la historia no termina ahí. El primer Adviento ha terminado, pero ahora nos encontramos en un segundo Adviento donde esperamos la segunda venida de Jesús. Una vez más, Dios hizo promesas a Su pueblo y podemos estar seguras de que las cumplirá.

Oración

Señor, la temporada navideña puede ser una época hermosa y emocionante para nosotras, así como una época difícil y triste. Ayúdanos a tener la perspectiva correcta enfocándonos en por qué celebramos la Navidad en primer lugar. Es una celebración de todas las promesas que has hecho y guardado al preparar al mundo para la venida del Mesías. Danos esperanza ahora, mientras esperamos que Jesús regrese. Ven pronto. Sí, ven, Señor Jesús. Amén.